Inicio Actualidad Económica España recauda mucho menos que el resto de Europa por el IRPF

España recauda mucho menos que el resto de Europa por el IRPF

Si se suman todos los ingresos por impuestos que recaudan las Administraciones Públicas españolas, el resultado es una presión fiscal del 34,6% del PIB, según ha publicado esta semana Eurostat, la oficina estadística de la UE. Esta tasa se aleja en 5,4 puntos de la media europea. Países cercanos como Francia, Italia, Alemania o Portugal ingresan mucho más

Cuando se analizan a fondo las causas de la escasa capacidad recaudatoria de España compara con sus principales socios comunitarios la mayoría de expertos señalan en la misma dirección: la merma que sobre las bases imponibles de los impuestos —la cantidad de dinero que tiene que tributar— por los beneficios fiscales de nuestro sistema tributario. El agujero que causan estos beneficios provoca que cada año se escapen al fisco legalmente más de 50.000 millones, según datos recopilados de los Presupuestos del Estado y de las comunidades autónomas.

La mayor diferencia de capacidad recaudatoria se produce en el IRPF. España ingresa el equivalente al 7,4% del PIB, frente al 9,4% de la media de la UE. Y no, precisamente, porque los tipos del gravamen sean bajos.

José Ignacio Conde-Ruiz, profesor en la Universidad Complutense, explica que esta desavenencia se debe a las deducciones, bonificaciones y exenciones del IRPF. ¿Ejemplos? El menoscabo de las deducciones por planes de pensiones privados, vivienda o rendimientos del trabajo. “El problema del sistema fiscal español es que tiene unos tipos marginales en la media europea, pero los tipos efectivos acaban siendo bajos por los agujeros del sistema”, abunda, “las deducciones rompen la progresividad del IRPF, ya que benefician a quienes tienen mejor situación económica”.

José Félix Sanz, director de estudios tributarios de Funcas, lamenta que las sucesivas reformas sobre el IRPF, muchas con fines electorales, hayan permitido no tributar a millones de contribuyentes. “Los de rentas altas porque trasladan hacia sociedades [para pagar menos] y por abajo porque se ha puesto el límite de exención muy alto”, explica. Así el impuesto recae sobre unos pocos, la clase media asalariada. En el IRPF, además, hay un mucho fraude por los boquetes del sistema de módulos, que permite a profesionales y autónomos vías para escaquearse de pagar parte del impuesto.

La capacidad de generar ingresos del IVA ha mejorado por las últimas reformas y por la fortaleza del consumo de los hogares, uno de los motores del crecimiento económico en los dos últimos años. Pero España recauda medio punto del PIB menos que Europa. En el IVA aún existen regímenes especiales y tratamientos favorables a sectores como la hostelería y el sector turístico sobre los que se aplica un IVA reducido. Además, es uno de los impuestos que acumula más fraude fiscal. Bruselas ha reclamado en repetidas ocasiones al Gobierno que reclasifique bienes y servicios gravados con un tipo del 10% al tipo general del 21%. Pero el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se resiste a volver a subir el impuesto.

Alejandro Esteller, profesor de la Universidad de Barcelona e investigador del Instituto de Economía de Barcelona, concluye que aunque el fraude fiscal es importante, el problema radica en las bases imponibles. “Ampliando nuestras bases llegaríamos a cerrar la diferencia de presión fiscal en un 60%. Simplemente estamos infrautilizando nuestra capacidad económica”, sentencia.

La estadística que desmonta tópicos sobre los impuestos

Santiago Díaz de Sarralde, profesor de Economía en la Universidad Rey Juan Carlos, explica que las cifras de Eurostat «desmontan los tópicos sobre los impuestos» que sostienen que en España se paga mucho por cotizaciones sociales y poco por sociedades e IVA.

«La realidad muestra otra historia», indica. Díaz de Sarralde detalla como en cotizaciones sociales, España recauda hasta tres puntos de PIB menos que los países de la eurozona y en IRPF, dos menos. Sin embargo, la distancia del IVA es corta respecto a la media, y en el impuesto de sociedades, casi inexistente. «Tenemos una estructura productiva débil con un desempleo estructural muy alto y bajos salarios», argumenta.