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Nicolas Winding Refn: «La verdad es que no sé prácticamente nada sobre el mundo de la moda»

‘The Neon Demon’ se estrena el 25 de noviembre

Abucheada en el Festival de Cannes, pero celebrada (y premiada) en Sitges, la décima película de Nicolas Winding Refn parece diseñada para polarizar al público. Hablamos con el cineasta danés sobre su visión del mundo de la moda.

‘The Neon Demon’: así son los créditos de apertura

Jordi Costa (Madrid)

Elle Fanning y Nicolas Winding Refn
Elle Fanning y su director, Nicolas Winding Refn.

Un mundo obsesivo

Con este perverso cuento de hadas ambientado en el mundo de las modelos, Nicolas Winding Refn da una vuelta de tuerca a esa obsesión por el estilizado diseño visual que recorre su filmografía: la historia se desarrolla en un mundo de superficies deslumbrantes y seductoras, pero el reto consiste en desvelar el sustrato ponzoñoso y pesadillesco que late bajo el cegador brillo del glamour. «La verdad es que no sé prácticamente nada sobre el mundo de la moda», confiesa el director, «y ni siquiera suelo hojear revistas de moda. Lo que me parece interesante es la belleza. Y el mundo de la moda es un excelente contexto para hacer una película sobre la belleza, porque es un entorno obsesionado con esa idea, de una manera que resulta al mismo tiempo divertida y ridícula.»

Un peculiar tratamiento del color (que Winding Refn vincula a su daltonismo parcial, que le impide detectar todo cromatismo de tono medio) y ese impulso de trasladar una historia de brujas al acecho de la inocencia en un escenario inusual han llevado a buena parte de la crítica a asociar ‘The Neon Demon‘ con ‘Suspiria’ (1977), la catedral giallo de Dario Argento: «A mí, ‘Suspiria’ me paree una película asombrosa. Es la película-cocaína definitiva. No sé si puede detectarse una influencia directa en mi película. Me gusta todo tipo de cine que violenta los límites de la estructura narrativa y de la lógica. La creatividad, siempre que haces una película, escribes un libro o ejecutas una obra de arte, tiene que fluir. Todo cine que desafía las convenciones me interesa.

Simplicidad y Elle Fanning

Autor de poética tan sintética como férrea («hago los films que me gustaría ver. Estoy obsesionado con la simplicidad: creo que menos es más, y que nada es todo»), no tuvo ninguna duda a la hora de elegir a su protagonista: «Para mí, no había otra opción de casting que Elle Fanning: era la joven perfecta para encarnar a Jesse. Tenía 16 años cuando empezamos y cumplió 17 durante el rodaje. Cuando llegamos al Festival de Cannes, ya había cumplido los 18. Yo conozco a muchas grandes actrices, pero ella es la única que tiene ese algo indefinible que requería el personaje, un poder casi sobrenatural, como el que tiene Ryan Gosling. Creo que ambos poseen algo único que, por otra parte, es imposible definir.

Elle Fanning, nueva musa de Winding Refn

Viaje al universo femenino

Después de trabajos de corte tan marcadamente masculino como ‘Bronson’ (2008), ‘Valhalla Rising’ (2009), ‘Drive’ (2011) y ‘Sólo Dios perdona’ (2013), ‘The Neon Demon‘ supone la primera exploración concienzuda del universo femenino por parte del director: «Todos tenemos lo masculino y lo femenino en nuestros cuerpos. En ‘Drive’ probablemente llegué al límite en la fetichización de lo masculino. ‘The Neon Demon‘ es, pues, justo lo contrario, porque toda la película gira en torno a la forma femenina. No me considero precisamente un tipo viril: adoro a las mujeres. Creo que detrás de mi fetichización del cuerpo masculino estaba siempre mi deseo de filmar a las mujeres, pero ha sido aquí donde he empezado a concentrarme más en la perspectiva femenina. Evito racionalizar estos cambios de punto de vista. Crear, en el fondo, es convertirse en un niño de cuatro años con un lápiz de colores.»

Terror y amplitud de vocabulario

Pero no hay que olvidar que, ante todo, esta es una película de terror: «El cine de terror te permite trabajar con un vocabulario visual mucho más amplio que si estás haciendo realismo social. Por otra parte, nunca conseguirás que el realismo sea lo suficientemente realista, porque, en el cine, siempre tienes que partir de un artificio.»