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Un cuarto de las apuestas bajistas sobre Popular, en manos de inversores ‘invisibles’

Popular sigue sin encontrar freno para su descalabro en Bolsa. Un panorama que hace las delicias de los especuladores al punto de que ya han saltado las alarmas en el cuartel de vigilancia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pues casi un cuarto de las apuestas cortas contra la entidad están en manos de inversores ‘invisibles’.

 

La regulación del mercado español tan solo obliga a que los bajistas salgan del anonimato que ampara sus prácticas especulativas cuando su peso sobrepasa el 0,5% del capital social de una cotizada. En el caso de Popular, con un recuento de bajistas en máximos históricos mientras su gráfica marca mínimos de los últimos 30 años, son solo cuatro los fondos que se han visto obligados a mostrar su identidad por superar este umbral.

 

Estos tres fondos obligados a descubrirse por la normativa vigente son AQR Capital Management (2,92%), Marshall Wace (2,23%), Samlyn Capital (0,82%) y Oxford Asset Management (0,53%). En total, suman posiciones cortas contra la entidad que preside Ángel Ron por un 6,5% de su accionariado, lo que quiere decir que un 24,42% del cómputo total de apuestas bajistas -que alcanza el 8,6% del banco- está en manos de operadores que siguen contando con el amparo de la ley aplicable para seguir operando a media luz.

 

En el recuento de especuladores bajistas que la CNMV lleva a cabo quincenalmente, se consideran todas las posiciones individuales que supongan al menos un 0,2% de una cotizada del parqué madrileño. Sin embargo, la identidad de estos inversores no trasciende hasta el referido salto del 0,5%. En el caso de que el corto sea por una porción inversora inferior a este umbral, ni siquiera el supervisor la considera. A tenor de la composición del capital social de Popular, el mínimo para ser considerado en el recuento está en la titularidad de 8,39 millones acciones apostadas contra la gráfica de la entidad, lo que a precios de mercado equivale hoy por hoy a 6,82 millones de euros.

 

A tenor de estas cifras, los analistas dan por seguro que la especulación bajista desatada en los últimos días va mucho más allá de estas manos fuertes e incluso de las manos ‘invisibles’ consideradas en el recuento del organismo supervisor. En este sentido, la CNMV se habría puesto ya a analizar el comportamiento del valor en los últimos días para desenmascarar prácticas al margen de la ley y valorar posibles medidas de contención.

 

En lo que se refiere a estrategias ilegales, las dos más comunes en situaciones parecidas suelen ser la ausencia de comunicación de posiciones por encima de los umbrales marcados por la norma mercantil y las ventas al descubierto o desnudas. Estas últimas consisten en aprovechar el margen que va desde el cruce de una operación en Bolsa hasta su liquidación efectiva para vender unas acciones que no se tienen en cartera y se compran más tarde para su entrega a un precio más barato, apuntándose la doble diferencia. Una práctica que está expresa y ampliamente prohibida.

 

Por lo que tiene que ver con las medidas de contención, en varias ocasiones los supervisores nacionales de los mercados de valores, a veces incluso coordinados de forma conjunta, han prohibido la formulación de nuevas posiciones cortas sobre un determinado valor o conjunto sectorial. De este modo, las posiciones abiertas no pueden revisarse una vez se toquen ciertos umbrales de cotización ni se pueden establecer otras nuevas, de forma que la presión bajista va desapareciendo progresivamente.

 

Las últimas semanas han supuesto un empinado tobogán bajista para Popular a tenor de su salud financiera. Los analistas e inversores han discutido especialmente en lo referido al encaje definitivo de su división inmobiliaria y al futuro de su equipo ejecutivo de primera línea. Tal ha sido la magnitud de los rumores que desde la entidad se ha procurado desmentir la posibilidad de que en su sede se esté orquestando relevo alguno para el presidente u otros miembros de la alta dirección del banco.

 

Este mismo miércoles, el sindicato CCOO ha llamado también la atención sobre el posible empleo de técnicas ilegales de inversión entre los accionistas de la entidad. Las siglas con mayor representación laboral del banco han apuntado directamente hacia la CNMV y el Banco de España para que abran “una investigación inmediata sobre los móviles y los métodos que se están empleando para conseguir el desplome de las acciones en perjuicio de miles de pequeños accionistas” y se pronuncien públicamente sobre el estado de salud de sus balances.