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Boxear contra mentes obtusas, el mayor reto de Lázaro Álvarez

Lázaro Álvarez (Foto: Carlos Bauta/Guerrillero)

Lázaro Álvarez (Foto: Carlos Bauta/Guerrillero)

LA HABANA, Cuba.- Este mes se espera una confrontación entre la Federación Cubana de Boxeo (FBC) del Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación (INDER), organismo estatal que domina por completo el deporte, y el tricampeón olímpico de boxeo Lázaro Álvarez, sancionado a medio año fuera de las prácticas y competencias por el “delito” de teñirse el pelo.

Álvarez declaró al gubernamental semanario Guerrillero, de la provincia Pinar del Río, que no es cierto el rumor de que fue sancionado por varias indisciplinas, sino “realmente por teñirme el pelo, algo que sé no está establecido en el reglamento interno de la escuela, pero lo hice por un asunto religioso, no por una cuestión de moda”.

El boxeador cuenta en el diario local: “Traté de explicarle educadamente, con moderación, pero él [Rolando Acebal, director técnico del equipo] nunca me creyó. Le propuse incluso hacer una reunión con los atletas para explicarles que era por un tiempo determinado y no crear situaciones negativas en el equipo, pero no quiso (…) Para [los jefes] no quitarle a él la credibilidad, lo único que pudieron hacer fue apartarme por seis meses de las competencias. Sin embargo con ello perdí la posibilidad de participar en la única lid en la que me necesitaba mi provincia  en el año”, dijo, refiriéndose al torneo “Playa Girón”.

Casualmente Lázaro Álvarez, nacido el 26 de enero de 1991 en San Juan y Martínez, provincia Pinar del Río, cumplirá sus 26 años este mes y seguro jamás olvidará el “regalo” del Inder en víspera de sus natales.

Habría que estar en el pellejo del joven boxeador, “gloria deportiva de Cuba” y entre los mejores del mundo para saber qué se siente apartado del boxeo su pasión desde niño, de repente acorralado, lejos de escenarios de competencias, impedido de participar del torneo “Playa Girón”, que comprende varios deportes, la más importante competición nacional efectuada esta ocasión en Santiago de Cuba.

Demostración ejemplarizante de entereza moral y convicción ante la injusticia cometida la da Álvarez que, eliminado del “Playa Girón” y entrenamientos preparatorios, practicó con el mismo brío como si fuera a competir.

La vergüenza no la cargó Lázaro Álvarez sino el INDER de Pinar del Río, el más perjudicado en su respetabilidad por haber privado a la afición cubana y del exterior del desempeño boxístico del Mejor Boxeador del Mundo en los 56 Kilos.

¡Y todo por una teñidura de cabello! Algo que pudo haberse resuelto sin sanciones, ni escándalo, ni lastimar al atleta.

Colmo de ensañamiento para endurecer la pena, estrujar más al atleta amateur fue la sanción adicional de eliminarlo de la lista de los diez mejores atletas de 2016, sobre lo que declaró Álvarez: “Una cosa es que me hayan sancionado por teñirme, lo cual no tiene nada que ver con todos los resultados que tuve anteriormente (…) Tengo que decir que aquí está Lázaro Álvarez, que mis principios, mis valores, y mi condición de atleta no van a cambiar y que son los mismos desde que levanté por primera vez la bandera en el podio hasta hoy”.

Es imaginable la tristeza que sintió Álvarez al despedir con abrazos a sus compañeros rumbo a  Santiago de Cuba mientras él quedaba atrás por culpa de la intransigencia, sin contrapeso, de mentes obtusas enquistadas en el INDER y en cualquier otro organismo oficial. Sencillamente, traumático para el campeón; grotesco para cuantos conocen del insignificante ¿delito?

¿Qué relación tiene la pegada de un jab con el color del pelo, sea amarillo, negro, rojo o morado?  Y si fuera por moda y no cuestión de creencia religiosa ¿en qué ofende a alguien?  ¿Qué dirán todos aquellos deportistas en el resto del planeta que en el marco lógico de lo permisible por las reglas siguen sus novedades sin que nadie lo descalifique como atleta?

La teñidura de pelo como moda unisex se ha vuelto muy usual en la juventud de uno u otro sexo en cualquier lugar del planeta. Visto por sociólogos, acaso se trata solo de un conflicto generacional por gustos, modos y modas cuyos orígenes se pierde en las brumas de la existencia humana.

Lázaro,  perplejo por el silencio de la FBC y otras autoridades, declaró: “No entiendo porqué hasta ahora nadie se ha pronunciado oficialmente”.

Fue un golpe bajo contra el tricampeón mundial de boxeo.

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