Inicio Cuba ¿Qué les espera a los cubanos repatriados?

¿Qué les espera a los cubanos repatriados?

A las afueras de la Terminal 2, adonde por años han llegado los vuelos de Miami, no hay asientos donde esperar (Foto: Orlando González)

Cubanos a las afueras de la Terminal 2 del Aeropuerto José Martí, adonde llegan los vuelos provenientes de Miami (Archivo)

LAS TUNAS, Cuba.- La semana pasada compareció en el programa Mesa Redonda de la Televisión Cubana Gustavo Machín, subdirector general de la Dirección General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), según dijo el periódico Juventud Rebelde (JR), para aclarar “dudas de la población sobre el acuerdo migratorio Cuba-EE.UU.” que puso fin a la política de “pies secos, pies mojados” de 1995.

Machín dijo ante las cámaras de la televisión que era una “falacia” pretender atribuir un trato discriminatorio o de cualquier tipo de acoso por parte del gobierno cubano contra las personas que han intentado salir de Cuba.

Respecto a la posible persecución de los cubanos repatriados, luego de intentar entrar o permanecer ilegalmente en Estados Unidos, el periódico JR dijo tratarse de “una matriz de opinión que buscan generar los grupos anticubanos”, y citando a Gustavo Machín expresó que “todo ciudadano cubano que es devuelto a Cuba, regresa a su familia, a su lugar de origen, sin que se tome ningún tipo de represalias”.

Desde inicios de los años 60 del siglo pasado, tildados de “gusanos”, “cangrejeros”, “bandidos” o “escorias”, y más tarde ―allá por la década del 90― llamados balseros, siempre tachados de “contrarrevolucionarios”, durante todos estos años miles de cubanos perdieron propiedades, fueron discriminados de su entorno familiar y social, o fueron despedidos de sus trabajos, y hasta este minuto son objeto de vigilancia policial por un motivo único: pensar y actuar política y socioeconómicamente diferente al castrismo, lo que en no pocas ocasiones, antes que al exilio, llevó a esos cubanos a la cárcel, juzgados y sancionados por… Tribunales Revolucionarios, los mismos que condenaron a muerte a decenas de personas en 1959.

“La salida ilegal (de Cuba) por disposición de la ley 1262 de 1974, integraba delito contra la seguridad del Estado, y su conocimiento, (enjuiciamiento criminal) al igual que la entrada ilegal, era de la competencia de las Salas de los Delitos contra la seguridad del Estado de los tribunales provinciales populares. Con anterioridad, esa competencia correspondía a los Tribunales Revolucionarios”, dice en Los delitos en especie (Ediciones Jurídicas, La Habana, 1982) José A. Grillo Longoria, un autor para nada anticastrista.

Profesionales que aún no tienen 50 años de edad recuerdan cuando, siendo estudiantes de enseñanza media, apenas adolescentes en 1980, fueron llevados por profesores y comisarios políticos ante casas de personas que se disponían a emigrar a Estados Unidos por el puerto de Mariel, para en “actos de repudio” hacer que los niños gritaran a coro como si fuera una fiesta: “¡Escoria!” o “¡Pin pon, fuera. Abajo la gusanera!”

“Esas cosas no se olvidan, yo estudiaba en una secundaria llamada ‘La nueva creación’, en Las Tunas, tenía 12 años, cuando llevaron a los alumnos a tirarle huevos y gritarle cosas a una profesora de biología de nuestra misma escuela porque se iba para Estados Unidos. Recuerdo que era una señora ya mayor, con el pelo de color claro,” rememora una mujer de 49 años que estudió bibliotecología.

Sobre la hostilidad sufrida en Cuba por todas aquellas personas sancionadas por delitos políticos, llamados por las autoridades castristas “contrarrevolucionarios”, entre los cuales muchos salieron de la Isla por mediación de la Iglesia católica, en 2006 el mismo Fidel Castro dijo a Ignacio Ramonet: “Porque usted comprenderá que en este ambiente, a un contrarrevolucionario, para buscar trabajo y facilidades, le es difícil, es muy hostil la gente”.

Y cuando en Fidel Castro: biografía a dos voces (edición española) o Cien horas con Fidel (edición cubana), Ignacio Ramonet preguntó al Comandante respecto al cumplimiento de los acuerdos migratorios Cuba-EE.UU.: “¿Esos acuerdos indican que los balseros devueltos por las autoridades norteamericanas regresan a su vida normal, a su trabajo?”, el ahora difunto Fidel Castro respondió: “Sí. Y a veces no es fácil, algunas veces hemos tenido que poner a estos balseros en otro trabajo, porque los que trabajaban con ellos se niegan a que retomen de nuevo tranquilamente su trabajo. En el caso, por ejemplo, de alguna universidad, de alguno que trabajaba allí, usted no va a ocupar una universidad, no va a entrar en guerra con la gente para que acepte al balsero devuelto, y se le puede buscar un trabajo más o menos similar.”

Dudo que Gustavo Machín, subdirector general de la Dirección General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, diga que es una “falacia” el testimonio del difunto Fidel Castro concerniente a los balseros devueltos por las autoridades estadounidenses a Cuba, contra los que ejerció discriminación y hostilidad la llamada “sociedad civil” autorizada por las autoridades, dígase Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y un largo etcétera.

Luego, ¿a quién creer? ¿A Gustavo Machín o a Fidel Castro? Será esta última la pregunta que deberá contestarse Donald Trump antes de repatriar los cubanos que Barack Obama decidió retirar el beneficio de los “pies secos” ante la petición del general Raúl Castro.