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Martin Scorsese casi muere por culpa de las drogas

Martin Scorsese ha contado en una entrevista para The Hollywood Reporter que estuvo al borde de la muerte el fin de semana del Labor Day de 1978. «Después de terminar el rodaje de New York, New York [1977], tomé algunos riesgos. Estaba fuera de tiempo y fuera de lugar, además de un barullo en mi propia vida y abrazando otro mundo, por así decirlo, abrazando un lado peligroso de la existencia. Después, el fin de semana del Labor Day, me encontré a mí mismo en un hospital, sorprendido de haber estado cerca de la muerte», ha revelado el director de cine

Por aquel entonces, Scorsese tenía 35 años y estaba luchando por su vida: «Ocurrió una serie de cosas. Hice un uso indebido de varios medicamentos, y mi cuerpo reaccionó de forma extraña. Pesaba menos de 49 kilos. No solo fue por culpa de las drogas, el asma tuvo mucho que ver. Pasé 10 días con sus 10 noches en el hospital. Los doctores me cuidaron, y me di cuenta de que no quería morir», continúa el autor de Taxi Driver

Solo en el hospital, recibió visitas ocasionales de amigos como Robert De Niro. Los pensamientos del cineasta regresaron a sus raíces católicas en La pequeña Italia, de Nueva York, donde creció. Años más tarde, reconoce Scorsese, se sintió sorprendido por su ingenuidad y negación de la realidad: «Recé, pero si lo hice fue para salir adelante esos 10 días y 10 noches. Sentía que, si me había salvado, era por alguna razón. E incluso si no era por una razón, tenía que hacer un buen uso de ello», afirma.   

Cuando Scorsese consiguió salir a flote, sintió que las vendas se habían caído de sus ojos. «En el Nuevo Testamento todos se quejaban de Jesús, que andaba con los publicanos, los recaudadores de impuestos y las prostitutas. Y ellos decían: ‘Todo lo que sé es que antes estaba ciego y ahora puedo ver», recuerda el cineasta, de 74 años. 

En la vida del estadounidense han renacido ahora estos pensamientos religiosos, que ha utilizado para inspirarse en otra historia de un hombre haciendo cara a sus propios retos, pero en un contexto diferente: Japón durante el siglo XVII. Adam Driver y Liam Neeson son los protagonistas de su nueva película Silence, en la que tratan de expandir sus ideas cristianas en el país nipón, pero que acaban siendo perseguidos.