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3 trucos para saber si merece la pena financiar las compras de Navidad con tarjeta de crédito

Aunque más atípicas y probablemente con menos gastos por las restricciones de la pandemia, el presupuesto que le dedicamos a estas fiestas es elevado. De hecho, el año pasado en España gastamos de media 554 euros en Navidad, de acuerdo con un estudio de Deloitte. Sea el presupuesto que sea, es importante tener en cuenta ciertos criterios antes de decidir si merece la pena financiar una compra con la tarjeta de crédito.

Consejos para financiarnos de manera responsable

Lo primero que debemos tener en cuenta antes de financiar compras con una tarjeta de crédito es que la operación tendrá un coste adicional, ya que se tendrán que pagar intereses. De acuerdo con el último informe publicado por el Banco de España, el coste medio de financiar una compra con una tarjeta de crédito es del 18,34%. Por esta razón, HelpMyCash.com nos da unos consejos fáciles de aplicar para utilizar las tarjetas de manera responsable y evitar sobreendeudarnos.

El primero es elaborar un presupuesto. No tiene que ser exacto, pero hacer una pequeña lista de la cantidad de dinero que queremos dedicar a cada partida (regalos, transporte, comidas…) y qué gastos queremos financiar nos ayudará a no gastar sin control y a pagarlo todo con la tarjeta de crédito. No olvidemos que la finalidad principal de las tarjetas es pagar más adelante compras puntuales, no utilizarlas como una forma de financiación habitual, por lo que elegir qué compras pagar con nuestro dinero y cuáles en cuotas es el comienzo para financiarnos de manera responsable.

Segundo, elegir cómo queremos pagar. Las tarjetas tienen una gran cantidad de fórmulas de pago aplazado entre las que elegir (fijo, porcentual, por plazos…). Esta modalidad la podremos cambiar fácilmente desde la banca online o llamando a nuestro banco. Para elegir bien la cuota para nosotros es aconsejable tener en cuenta que debe ser una mensualidad que sea lo suficientemente baja como para no desequilibrar nuestra economía, pero lo suficientemente alta para que no se alargue demasiado en el tiempo y no genere una cantidad excesiva de intereses. Muchas tarjetas permiten devolver el dinero con unas cuotas mensuales muy reducidas, pero este sistema no es beneficioso para el cliente, ya que se alarga mucho la amortización de la deuda y la operación acaba saliendo muy cara.

En cuanto al plazo, es aconsejable no extenderlo más de 12 meses. Por ejemplo, una compra de 300 euros con el interés medio de las tarjetas (18,34%), generaría 9,2 euros en intereses si la financiamos fuese a tres meses. En cambio, generaría 30,6 euros en intereses a 12 meses. Cuanto menor sea el plazo, menos intereses pagaremos.

Además, evitar que el reembolso de las compras de Navidad se junte con otras épocas de más gasto (Semana Santa, puentes, vacaciones de verano…) será vital para no acabar asfixiados por las deudas.

Muchas entidades ofrecen a quienes tienen el pago a fin de mes puesto por defecto financiar compras puntuales sin cambiar la modalidad de reembolso. A esta modalidad se le llama comúnmente pago fácil y suele tener condiciones más ventajosas que el pago aplazado genérico. Una alternativa a tener en cuenta si utilizamos la tarjeta de manera puntual.

Tercero, calcular cuánto pagaremos en total. Uno de los puntos más importantes para saber si vale la pena financiar una compra o no es conocer cuánto pagaremos en total por pagarla a plazos. Así, si decidimos financiar una compra de 300 euros, pero pagaremos 100 euros en intereses, puede no interesarnos. En cambio, si por una compra de 300 euros se generan 30 euros en intereses, la operación podría ser asumible. Decidir si el coste de financiar una compra vale la pena o no dependerá de lo que estemos dispuestos a pagar en intereses por la facilidad de pagarlo mensualmente.