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Airbus suma pedidos mientras Boeing acumula problemas y retrasos

La cara, Airbus; la cruz, Boeing. El Salón Aeronáutico de París-Le Bourget abrió ayer sus puertas poniendo de relieve el momento tan antagónico que viven los dos principales fabricantes mundiales de aviones. Mientras que el consorcio europeo inauguró el certamen con el anuncio del lanzamiento de un nuevo modelo y la firma de 118 nuevos pedidos, Boeing debutó en la cita gala acumulando más problemas y más retrasos a los ya generados por la crisis del 737 MAX.

Aprovechando el escaparate de la prestigiosa cita francesa, Airbus sacó músculo anunciando el lanzamiento de su nuevo modelo, el A321XLR. El nuevo modelo, que completa la familia del A320neo, tendrá un 15% más de alcance que su predecesor, el A321LR, y consumirá un 30% menos por asiento en comparación con la generación anterior de aviones competidores. Aunque no volará hasta 2023, el modelo se estrenó con un pedido de 17 aparatos de la compañía Air Lease Corporation. La aerolínea con sede en Los Ángeles ha realizado un encargo total de 100 aparatos al fabricante europeo en Le Bourget. Middle East Airlines, la compañía de bandera de Líbano, también ha suscrito un acuerdo para adquirir cuatro aviones de este modelo. Fuentes de Airbus citadas por Reuters aseguran que calculan recibir alrededor de 200 pedidos de su nuevo modelo durante el certamen parisino.

Además de los encargos del A321XLR, el consorcio aeronáutico europeo también informó de que Virgin Atlantic ha elegido el A330-900 para sustituir a los A330 que ahora tiene en su flota a partir del año 2021.

Con el lanzamiento del A321XLR, Airbus ha infligido un duro varapalo a Boeing ganándole por la mano en la puesta en servicio de un tipo de avión que cada vez demandan más las aerolíneas para abrir rutas más largas con aviones más pequeños. El fabricante americano anunció el lunes de la semana pasada que todavía está perfilando sus planes para desarrollar un aparato que compita en la categoría del A321XLR, un modelo que, en el caso de Boeing, se intercalaría entre su modelo 737 y los de más largo alcance 787 y el futuro 777X.

El nuevo modelo que está desarrollando la compañía americana le está generando también muchos problemas. General Electric, el fabricante de los motores del futuro avión, el 777X, anunció ayer mismo que un fallo en los propulsores GE9X con los que irá equipado le obligarán a retrasar sus entregas varios meses, hasta que rediseñen el motor y lo vuelvan a probar.

Los problemas del 777X se suman a los ya conocidos del modelo 737 MAX, cuyos aparatos están en tierra desde marzo tras los accidentes de Indonesia y Etiopía en los que fallecieron 346 personas. Ayer, el presidente ejecutivo de los aviones comerciales de Boeing, Kevin McAllister, aseguró que la compañía trabaja para recuperar la confianza de los clientes y de las aerolíneas y no quiso fijar ningún plazo para la vuelta al servicio del modelo. Su prioridad, dijo, McAllister, es que el avión vuelva a ser seguro cuando vuelva a volar. Sus manifestaciones chocan con las realizadas semanas atrás por el presidente de la compañía, Dennis Muilenburg, que esperaba que el 737 MAX volviera a entrar en servicio a finales de año.