La jurisprudencia del caso Bankia es muy clara: el banco debe asumir responsabilidad por presentar unas cuentas que no representan la imagen fiel de la entidad. En este caso, la nueva propiedad debe de asumir esa responsabilidad.
Cualquier solución que no pase por la nulidad de la operación -incluído el eventual préstamo- la consideraremos insuficiente. Animamos al Santander a evitar la litigiosidad y resolver el problema en sus justos términos.
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