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¿Aprender idiomas nos haría más competitivos?

España tiene un nivel muy bajo de conocimiento de idiomas. Se encuentra en el numero 72 de 195 países donde el inglés no es lengua oficial (incluyendo muchos subdesarrollados) en la escala de conocimiento de inglés de Melitz and Toubal (2014). Parte de la responsabilidad la tiene la falta de formación de los profesores. ¿Tiene esta carencia consecuencias para nuestro desarrollo económico?

En la era de la globalización, la competencia por los mercados internacionales es feroz y la información y las comunicaciones fluyen velozmente. La disminución de los costes debido a las mejoras tecnológicas en el transporte y la comunicación ha acelerado este proceso con consecuencias importantes para el comercio como ha sido el enorme crecimiento del comercio de bienes intermedios. Otro tipo de coste que ha recibido menos atención es el coste de las empresas de comunicarse con los potenciales importadores cuando estos hablan idiomas distintos.

La mayor parte de la literatura empírica ha estudiado los flujos de comercio entre países a través de lo que se conoce como modelos de gravedad o gravitacionales. Los planetas se atraen de manera proporcional a la masa e inversamente proporcional a la distancia que los separa. Del mismo modo, en los modelos de comercio se comprueba que dos países tienden a comerciar más si tienen un mercado más grande medido a través del tamaño de la población, el PIB del país y el poder adquisitivo de la población (por ejemplo, tasa de empleo, etc.) y a comerciar menos si hay una mayor distancia entre ellos. Esta distancia puede ser tanto física (distancia geográfica) como cultural. Aunque la lengua es una parte relevante de la cultura, solo recientemente estos modelos han incorporado variables que miden la distancia lingüística. Desde variables que tienen en cuenta que dos países comparten la misma lengua a medidas de cuánto dos idiomas son similares o a variables que reflejan cuantas personas podrían comunicarse en una segunda lengua. Esto es interesante porque si los idiomas facilitan el comercio, el aprendizaje de idiomas y en particular, la inclusión de los idiomas en el currículo de la escuela obligatoria, puede usarse como herramienta para fomentar la competitividad del país y con ella el crecimiento económico.

Según el informe Eurydice para España, en 1990 el idioma extranjero se hizo obligatorio para todos los estudiantes a partir de los 8 años. Por tanto, este cambio afectó a los nacidos a partir del 1982. Antes, las clases de idioma eran obligatorias sólo para los estudiantes entre 14 y 18 años, aunque la enseñanza obligatoria se acababa a los 14 y por tanto, no todos los estudiantes estaban obligados a estudiar idiomas extranjeros. Según esta misma fuente, en teoría se puede estudiar cualquier idioma extranjero, pero en 1998/1999, el 96.86% de los estudiantes estudiaban inglés. Así que nos centramos en ese idioma. Al contrario de lo que ocurre en algunos otros países europeos, en nuestro país no es obligatorio estudiar una segunda lengua extranjera.

La generación nacida en el 1982 entró en el mercado de trabajo a partir de 1998 (cuando cumplían 16 años). Como se puede ver en el siguiente grafico extraído del trabajo de Miret Gamundi y Gómez León (2014), la mayoría de jóvenes de la generación que empezó a estudiar inglés en la educación obligatoria entró en el mercado de trabajo a partir de los 22 años, edad en la que se termina la educación universitaria. Es decir sus conocimientos comenzaron a ser productivos y pudieron influenciar las decisiones de comercio exterior de las empresas en 2004. ¿Observamos alguna pauta en los patrones de comercio de España relacionada con este cambio?

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Para analizar esta cuestión usamos datos de comercio bilateral de la OECD. Tal y como hacen Eaton y Kortum (2002), nos centramos en 19 países OCDE que entre 1992 y 2012 generaron el 72 y 50% del comercio mundial (dado la creciente presencia de China esta fracción ha sido decreciente en el tiempo). Entre estos 19 países hay 5 anglo-parlantes: Australia, Canadá, Nueva Zelandia, EEEUU y Reino Unido.

El siguiente gráfico muestra la diferencia entre la proporción de nuestras exportaciones destinadas a estos cinco países y la proporción de las exportaciones de los demás 18 países destinadas a Australia, Canadá, Nueva Zelandia, EEEUU y Reino Unido. Hemos normalizado esta diferencia para el año 1992 a un valor de 100 (antes de normalizar la diferencia siempre es negativa ya que España exporta relativamente menos a estos países que los 18 países restantes durante todo el periodo.)

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Se aprecia que efectivamente en 2004/2005 se produce un incremento relativo de la proporción de nuestras exportaciones a los grandes países angloparlantes por encima de su nivel inicial del 1992 (dicha proporción aumenta en nuestro país y disminuye en el resto del mundo). Salvo unos pequeños movimientos, este incremento relativo se mantiene hasta el año 2012 (desafortunadamente la OECD interrumpió la publicación de estos datos en el 2013 por lo que no podemos seguir esta tendencia). El patrón observado podría apuntar a que aprender idiomas nos hace más competitivos pero habría que llevar a cabo un análisis más detallado incluyendo a más países donde han habido cambios en el aprendizaje de idiomas obligatorios y ver si esto está relacionado de forma sistemática con cambios en las pautas del comercio.

REFERENCIAS:

Eaton, Jonathan and Samuel Kortum(2002): “Technology, Geography, and Trade,” Econometrica, 70(5), pp. 1741-1779

Eurydice (2001a): “Foreign Language Teaching in Schools in Europe. Country Report,” Eurydice, The Information Network on Education in Europe.

Melitz, Jacques, and Farid Toubal (2014): “Native language, spoken language, translation and trade.” Journal of International Economics, 93(2), pp. 351-363.

Miret Gamundi, Pau y Madelín Gómez León (2014) “El envejecimiento del mercado de trabajo en España: Tardía entrada de los jóvenes y pronta salida de los adultos.”

Ainhoa Aparicio

Ainhoa Aparicio

Ainhoa es Doctora en Economía por la Universitat Pompeu Fabra. Actualmente es Assistant Professor (Profesora Visitante) en el Collegio Carlo Alberto de Turín (Italia) y Research Fellow de IZA y CHILD. Sus áreas de investigación incluyen Economía Laboral, Educación, Migración, Familia (emancipación juvenil y salud infantil) e Idiomas (las interacciones entre dominio de lengua extranjera y mercado de trabajo).