Según los que llevan las cuentas, el 97% de las divisas dependen de las exportaciones de petróleo y según esas mismas cuentas ocho de cada 10 productos consumidos son importados. Y las divisas no aparecen. En cuatro años, el PIB ha caído un 50% en el país que se supone es de los más ricos en recursos petroleros.
A la crisis humanitaria de la salud se le agrega la crisis humanitaria alimentaria. Las imágenes de las grandes colas de los ciudadanos en procura de alimentos y de productos de uso cotidiano recorren los medios de comunicación globales.
En lenguaje dominicano, la crisis económica le queda chiquitica a la crisis política. La Asamblea Constituyente es el último invento de Nicolás Maduro. Hay que cambiar la Constitución. Decía Hugo Chávez de su Constitución aprobada mediante un referéndum en 1999: nuestra Constitución está blindada de cualquier capricho personal, de una secta o grupo político.
Parecería que su heredero termina con el blindaje. ¿Capricho personal, secta o grupo político? Ahora Venezuela tiene dos Congresos: la Asamblea Nacional y la Asamblea Constituyente. ¡Cuánta democracia!
La Asamblea Constituyente asume las competencias legislativas y la presidente, Delcy Rodríguez, hace un llamado a la convivencia con el nuevo instrumento respetando sus decisiones.
Parecería que la comunidad internacional no sabe qué hacer con Venezuela. Los intentos de diálogo entre gobierno y oposición han sido fallidos, así como la condena regional a las decisiones del gobierno de Maduro.
Y llegó Trump. Luego de la Asamblea Constituyente, la Casa Blanca entiende que representa una quiebra del orden constitucional legítimo de Venezuela e impone sanciones financieras que prohíben las negociaciones sobre nuevas emisiones de bonos por parte del gobierno de Venezuela y de la petrolera estatal Pdvsa.
Nicolás Maduro responde a las sanciones con la propuesta de que se enjuicie por traición a la patria a quienes en la oposición y en el extranjero se han manifestado a favor de las sanciones económicas impuestas por Donald Trump.
Como decía el anuncio Maduro sigue ¡Campante!