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Cinco consejos para no endeudarse con la tarjeta de crédito

La mejor solución para no endeudarse consiste en no abusar de estas tarjetas y solo utilizarlas cuando sea completamente necesario. Para no caer en tentaciones la mejor estrategia pasa por calcular cuál será el coste final de la operación. Con toda seguridad será más alto del inicialmente planificado, debido a que no solamente habrá que devolver los importes demandados, sino también sus correspondientes intereses y comisiones. Con unos plazos muy rígidos que serán penalizados si se sobrepasan, que pueden superar el 8 % sobre el importe demandado.

Llevar en la cartera solo una tarjeta

De nada sirve llevar varias tarjetas de las mismas características ya que el usuario podrá verse tentando a utilizarlas en cualquier momento y bajo un tipo de interés más exigente que el generado en cualquier línea de crédito convencional. El interés medio de las tarjetas bancarias se mueve en una franja que va desde el 12 % y hasta el 25 %. Por otra parte, habrá que hacer frente a los gastos derivados de su gestión y mantenimiento. Entonces, ¿para qué pagar dos veces por un mismo producto bancario? No tiene sentido y además a medida que más tarjetas de crédito sean utilizadas se incrementará el nivel de endeudamiento de sus titulares.

Amortizar la deuda con anticipación

Si ante una necesidad de liquidez el usuario se ve en la situación de la utilización de este plástico la siguiente medida consistirá en devolver el préstamo con la mayor rapidez. Esta acción ayudará a que los clientes paguen menos dinero en intereses, aunque a costa de asumir unas cuotas mensuales más elevadas. Esta financiación requiere que se finiquite rápidamente ya que si no es así sus titulares tendrán mayores gastos de los inicialmente presupuestados.

Mejor dinero en metálico

El mejor antídoto para no endeudarse a través de las tarjetas de crédito es llevar en la cartera efectivo. En este sentido, una tarjeta a débito es más práctica porque permite realizar cualquier clase de pagos, así como retirar dinero en metálico desde los cajeros automáticos. Es una excelente estrategia para controlar los gastos y tratar que las deudas no se instalen en la cuenta de resultados de sus titulares. Por otra parte, habrá que tener en cuenta que la gestión y mantenimiento de estos plásticos es más cara que en las modalidades a débito. Con un gasto anual que oscila entre 20 y 50 euros, en función del modelos contratado.

No realizar grandes gastos

Una de las claves para ajustarse al presupuesto familiar reside en no afrontar grandes operaciones con este medio de pago. Solo debe utilizarse para situaciones excepcionales o pequeños cargos que no repercutan excesivamente en el endeudamiento de los clientes. Hay otras tarjetas de similares características que incorporan el aplazamiento de los pagos, pero sin intereses. Con plazos que van desde uno a tres meses, aunque es frecuente que sea necesario domiciliar la nómina para conseguir estos objetivos.