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¿Cómo refinanciar una hipoteca?

¿Qué es lo que puedes conseguir al refinanciar tu hipoteca?

Básicamente, la refinanciación de la hipoteca supone cambiar el contrato hipotecario, por lo que es posible hacer una modificación de todas y cada una de las condiciones del mismo:

Puedes ampliar el capital del préstamo hipotecario

En este caso, la refinanciación se utiliza para conseguir más capital a cambio de hipotecar nuestro inmueble. Suele ser una opción destinada a financiar otro tipo de operación distinta a la compra original del inmueble como, por ejemplo, acometer una reforma del hogar, comprar un coche nuevo, etc. Ciertamente, incrementar la deuda contraída con el banco no es un escenario ideal, por lo que te recomendamos sopesar todas tus opciones.

Puedes ampliar o reducir el plazo de amortización

Por regla general, la refinanciación de las hipotecas suele tener lugar con el fin de extender el plazo de amortización, y poder así reducir el importe de la cuota que se paga cada mes. No obstante, si las circunstancias son las apropiadas, nada impide proceder a reducir dicho plazo, para terminar de pagar la hipoteca antes de lo que se pensó originalmente. Esta última opción, sin embargo, también puede tener lugar mediante la amortización anticipada, ya sea parcial o total, la cual puede ser menos costosa que la refinanciación en términos de comisiones.

Puedes conseguir un tipo de interés más reducido

Siempre y cuando haya disponible en el mercado una hipoteca con un tipo de interés más bajo que aquel que estamos pagando actualmente, es posible proceder a la refinanciación y formalizar un contrato más favorable en ese sentido. Éste es, precisamente, uno de los grandes alicientes del mercado hipotecario actual, caracterizado por unos tipos mucho más reducidos que en la época anterior a la crisis inmobiliaria.

Puedes modificar cualquier otra condición de la hipoteca

Los contratos hipotecarios suelen caracterizarse por la inclusión de múltiples condiciones, tales como la domiciliación de la nómina, la contratación de seguros de vida y hogar, la realización de compras con la tarjeta por un valor anual de cierto importe, etc.

Este tipo de condiciones son conocidas como mecanismos de vinculación con el banco, por el hecho de que estamos obligados a mantener una relación mucho más estrecha con la entidad bancaria.

Gracias a la refinanciación, el nuevo contrato hipotecario podría prescindir estas condiciones, lo que sin duda supone una mayor libertad para hacer con nuestros recursos económicos lo que deseemos y contratar los servicios financieros allí donde queramos, en lugar de donde nuestro banco quiera.

Cómo puedes refinanciar tu hipoteca de la forma más eficiente

Existen muchos mecanismos para proceder a la refinanciación de tu hipoteca. Cada una de ellas tiene sus propias ventajas e inconvenientes.

Refinanciación mediante novación hipotecaria

En este caso, estamos procediendo a modificar las condiciones del contrato hipotecario con nuestro propio banco.

Por regla general, el principal coste de esta operación es el pago de la comisión por novación hipotecaria, si es que así ha quedado registrado en el contrato original.

La principal ventaja es que es una operación relativamente rápida, al menos, si la comparamos con las otras alternativas.

El principal inconveniente es que únicamente estamos negociando con nuestro banco, por lo que estamos a merced de aquello que esté dispuesto a consentirnos. No entran en juego, por tanto, las ofertas que puedan tener otras entidades bancarias.

Refinanciación mediante subrogación hipotecaria

La subrogación hipotecaria implica trasladar nuestra hipoteca a otro banco, es decir, sustituir una de las partes del contrato –la entidad bancaria original- por otra –la nueva entidad bancaria-.

Esta operación permite el cambio de casi todas las condiciones del contrato, salvo la modificación del capital del préstamo o los titulares.

Refinanciación mediante cancelación anticipada

Por último, siempre existe la posibilidad de proceder a cancelar anticipadamente la hipoteca en vigor, con el capital que hayamos conseguido contratando una nueva hipoteca.

Se trata de la opción que ofrece una mayor libertad, dado que el nuevo contrato hipotecario puede tener condiciones totalmente diferentes al antiguo. Obviamente, el objetivo es que resulten condiciones más favorables. El mayor inconveniente de esta alternativa es que a los costes de la cancelación anticipada, se añaden los del nuevo contrato hipotecario. Por ese motivo, debemos asegurarnos de que los intereses totales que vamos a pagar por la nueva hipoteca son más reducidos y compensan los costes de la refinanciación.

En conclusión, la refinanciación de tu hipoteca debería ser una alternativa a utilizar siempre y cuando los beneficios obtenidos compensen sobradamente los costes que tengamos que asumir.

Bajo ningún concepto deberíamos dejarnos llevar por el impulso de refinanciar nuestra hipoteca cegados por la idea de pagar un tipo de interés más bajo, o cuotas mensuales más reducidas, sin antes haber comprobado cuál será el impacto de los costes totales de toda la operación.

Si el resultado final es favorable, entonces la refinanciación es una buena idea. En caso, contrario, es mejor que sigamos pagando nuestra hipoteca actual como hasta ahora, y busquemos otras alternativas para mejorar nuestra situación financiera.