Existen numerosas formas de llevar a cabo inversiones inmobiliarias. La primera y más habitual es la compra de bienes inmuebles. No obstante, esta requiere un gran esfuerzo de inversión y, por lo tanto, un relativamente largo proceso de amortización. Una alternativa a la compra de bienes inmuebles son las SOCIMIs o Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario, que se mueven en el sector bursátil. Lo que hacen estas compañías es adquirir carteras de inmuebles que después se dedicarán al alquiler hasta que se produce la venta. En España las encontramos tanto en el Mercado Alternativo Bursátil, el en mercado continuo o en el IBEX35.
Al igual que con la inversión directa en bienes inmuebles, las SOCIMIs están basadas en activos tangibles, por lo que en este sentido proporcionan una garantía real. Su ventaja frente a la inversión directa en inmuebles es que a priori son gestionadas por profesionales del sector, las ventajas de la cotización en bolsa y un cierto grado de diversificación que no sería fácil alcanzar con una cartera propia.
Además de estas, una de las formas más novedosas de invertir en este ámbito es el llamado crowdfunding inmobiliario. Este tipo de financiación participativa que se vehicula completamente a través de internet ofrece oportunidades tanto para el desarrollo de proyectos como para la promoción de la inversión. Por una parte, ciertos proyectos inmobiliarios que necesitan financiación puedan obtenerla dando visibilidad a los mismos y, por otra parte, que las personas interesadas en invertir en el sector inmobiliario puedan hacerlo sin necesariamente cumplir los estrictos requisitos económicos que esto implica cuando se opta por comprar bienes inmuebles.
En términos generales, en el crowdfunding inmobiliario, el proceso consiste en obtener financiación para un proyecto e incorporar los participantes suficientes para que el promotor comience con el plan de ejecución publicado en la plataforma. Este comprende varias fases, desde la compra del inmueble o suelo inmobiliario, la construcción o reforma del inmueble, su alquiler (en caso de que el inmueble sea destinado a ese fin) y la venta del inmueble tras dicho período. Si se trata de inversores acreditados, no hay límite a la hora de invertir, mientras que para los no acreditados la cantidad oscila entre los 1.000 y los 3.000 euros. Con ellos, el plan de inversión puede realizarse a tipo fijo, por plusvalía o a través de rentas, según la duración del proyecto y de las características del tipo de interés y beneficio que se desea obtener. Las campañas de financiación de los proyectos publicados por Bricks&People tienen una duración que oscila entre 30 y 60 días.
