La longevidad de las empresas españolas está en entredicho porque el 83% de las creadas desde 1992 ha cesado su actividad en la actualidad y, de estas, el 85% lo ha hecho por procesos oficiales. Así lo determina el último estudio de la consultora Informa D&B titulado «Demografía empresarial en los últimos años», en el que se muestra que la inmensa mayoría de las empresas creadas en las últimas tres décadas, entre 1992, 2022 y 2012, ya no están activas. En concreto, de las 71.195 empresas creadas en 1992, solo quedan operativas comercialmente el 16,91 %, es decir, 12.040. Entre las surgidas en 2002, solo se mantienen el 21%, lo que serían 24.884 compañías de 118.499, y de las 88.722 que iniciaron su andadura en 2012, solo quedan 3.165, un 34%.
2006 es el año con el mayor crecimiento en número de empresas creadas, 150.108, y 2011 en el que se desembolsó más capital (21.454 millones de euros), aunque –según apunta el informe– fue un año atípico por la creación de la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado.
En términos globales, entre 1992 y 2022 se crearon 3.203.439 sociedades, el 20,20% en Madrid y el 19,03% en Cataluña. En términos nominales, Madrid también lidera el ranking, con 647.090 compañías creadas en estas tres décadas, seguida de Cataluña, con 609.401, Andalucía, que supera el medio millón de constituciones, con 507.169, y la Comunidad Valenciana con 375.388. A la cola se encuentran La Rioja, con 15.667, el 0,49% del total, Cantabria, con 26.970, y Navarra, con 33.376.
El periodo entre 2009 y 2019 fue de recuperación, aunque las constituciones superaron la cifra de 100.000 solamente en 2016. En 2020, volvió a bajar debido a la crisis pandémica y se crearon solamente 79.779 empresas, la cifra más baja desde 2010 y casi un 16 % menos que en 2019. En 2021 el número de constituciones superó de nuevo las 100.000, pero la crisis provocada por la guerra de Ucrania ha impulsado la pérdida de esa frontera. En 2022, la cifra se quedó por debajo, en 99.502.
En conjunto, los procesos estrictamente concursales –los que corresponden a suspensión de pagos, quiebras y concursos de acreedores– no superaron el 0,17% del total de inactividades entre 2012 y 2002, fue del 012% en la década de 1992 y del 0,8% a partir de 2022.
Respecto al capital invertido para crear estas empresas desde 1992, la suma asciende a alrededor de 245.000 millones de euros. Desde 2017, el capital invertido anual no supera los 6.000 millones.
