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El campo extremeño vuelve a toparse con los antidisturbios

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Cargas contra los manifestantes de Mérida frente a la Junta por tirar las vallas de seguridad. Más de 700 tractores inundan Murcia, Guadalajara y Tarragona

Las imágenes de las cargas de Don Benito vuelven como un «déjà vú». En Mérida se han vivido hoy episodios de tensión entre antidisturbios y manifestantes agrícolas, que dejaron al menos un herido. El campo extremeño protestó frente a la Presidencia de la Junta de Extremadura para reclamar medidas concretas que palíen la situación «totalmente ruinosa» en la que se encuentran los agricultores, denunció Juan Pedro Almodóvar, fundador de Aseprex, una de las asociaciones convocantes, junto con La Unión Extremadura y Asociación Valle del Jerte. Lo productores de Tarragona, Murcia y Guadalajara también tomaron las calles para «denunciar los bajos precios en origen, la falta de rentabilidad de las explotaciones, las graves dificultades para exportar y el temido recorte de la Política Agraria Comunitaria (PAC)», apuntaron en un comunicado conjunto Asaja, COAG y UPA.

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A ritmo de cencerros, bidones metálicos y ahumadores apícolas, alrededor de 2.000 agricultores extremeños se encontraron a las puertas de la Presidencia de la Junta de Extremadura con una decena de furgones de antidisturbios y más de una veintena de policías nacionales. Los manifestantes tenían como objetivo reunirse con el presidente regional, Guillermo Fernández Vara, para entregarle un manifiesto en el que pedían «medidas concretas» para atajar la crisis agrícola. «No queremos más cariño ni que nos entiendan, queremos medidas ya», subrayó Luis Cortes, secretario técnico de La Unión Extremadura.

“Ni un euro” para poner fin al problema

Antes de la reunión, Cortés avanzó que los representantes agrícolas querían saber «qué presupuesto está dispuesto a poner nuestro presidente encima de la mesa para arreglar la ruina». Sin embargo, y tal como ocurrió durante la reunión con el Ministerio de Trabajo, los representantes agrícolas se fueron con las manos vacías. «Ni un euro» les ofreció Fernández Vara para solventar la situación del campo, lamentó Cortés. Los ánimos se caldearon aún más cuando la Policía intervino después de que los allí presentes tiraran las vallas de seguridad, una opción que ya habían barajado previamente como «símbolo» de «repulsa a la falta de medidas». En el breve desencuentro, un periodista de Canal Extremadura TV resultó herido durante el lanzamiento de palos y botellas.

El «éxito» de la protesta en Mérida se reprodujo en Murcia, donde se registró la concentración más multitudinaria, con cerca de 7.000 personas y unos 400 tractores, afirmaron los convocantes, unas cifras que desbordaron las expectativas. Según el representante de COAG, Miguel Padilla, las movilizaciones son un «grito a la desesperada» por la supervivencia de la actividad agrícola, debido a su fuerte peso económico en la región. Padilla lamentó los precios «imposibles de soportar» que reciben los agricultores, dado que los costes de producción superan a los ingresos. Una situación que se ha visto agravada aún más por la doble subida del SMI.

En Tarragona, más de 200 tractores se concentraron en Tortosa, donde los asistentes pusieron de manifiesto otro de los grandes problemas del campo español: la competencia desleal de productos de terceros países que se venden a precio inferior y no cumplen los exigentes requisitos de la UE. Similares cifras se registraron en Molina de Aragón (Guadalajara), donde otros 200 tractores y cerca de 200 agricultores a pie se lanzaron a las calles en protesta por la falta de rentabilidad de sus explotaciones.