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El Defensor del Pueblo se interesa por los 350.000 contribuyentes «marginados» por Hacienda

El malestar por la decisión de la Agencia Tributaria (AEAT) de eliminar la posibilidad de presentar la declaración de la renta en papel han llegado hasta el Defensor del Pueblo. La institución ha iniciado una actuación de oficio ante la AEAT para solicitar información sobre cómo tiene pensado este organismo atender a aquellos contribuyentes que tengan problemas para presentar la declaración de la Renta por medios electrónicos, según ha anunciado en una nota de prensa hoy.

El Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, valora la modernización de la AEAT en sus procesos pero está preocupado por «los problemas que acarrearía a ciertos colectivos la desaparición de la posibilidad de presentar la declaración en papel». Entre estos posibles afectados señala a las personas mayores poco habituadas a utilizar la tecnología, los ordenadores e internet, aquellas que viven en zonas rurales donde el acceso a internet tiene bajas tasas de penetración o los residentes en municipios lejanos a una delegación de la Agencia Tributaria. Ha recordado, además, que algunas personas viven en localidades sin oficinas bancarias, lo que dificulta el cobro o el pago de las cantidades resultantes de la declaración.

El presidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf), José Ignacio Alemany, calculó en 350.000 las personas que podrían verse afectadas por la supresión de la declaración de la renta en papel. Alemany considera que al imponer esta medida, que convierte en obligación el derecho a relacionarse con la administración tributaria por medios electrónicos, la Agencia Tributaria está incurriendo en una «injusticia». «Contribuir es una obligación y se debe, especialmente en las personas mayores, facilitar su cumplimiento sin complicarle aún más la vida al contribuyente», denunció Alemany, que añadió que hay perfiles de contribuyentes que no están familiarizados con las nuevas tecnologías, por ejemplo, algunas personas mayores, y esta medida les puede causar «confusión y desconcierto».