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«El derecho al agua no significa que ésta sea gratis»

El próximo martes, 26 de febrero, arranca en Ifema la segunda edición de la Feria de Soluciones Innovadoras para la Gestión del Agua, también conocida como SIGA, un punto de encuentro dedicado a este bien escaso y que, por desgracia, está irregularmente distribuido en nuestro planeta. Para conocer en profundidad los objetivos de la feria, así como la situación actual que vive el sector hídrico en España, LA RAZÓN organizó una mesa redonda, bajo el título «Las empresas españolas en la sostenibilidad del ciclo integral del agua. Los objetivos ODS 2030», en la que participaron relevantes expertos en la materia.

Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de agua y Saneamiento (AEAS); Carlos González García de la Barga, director de SIGA y de HydroSenSoft; Rogerio Koehn, director de Desarrollo de Negocio del Ciclo del Agua en Acciona y miembro del Comité Técnico de SIGA; Juan Sánchez, director de Innovación e Ingeniería del Canal de Isabel II; Santiago Lafuente, director de Aqualia en España, y Manuel Marchena, presidente de la Asociación Española de Empresas de los Servicios de Agua Urbana (AGA), fueron los ponentes elegidos para la ocasión.

Un gran reto para 2030

En el año 2015, la Organización de Naciones Unidas aprobó la denominada «Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible» con el objetivo de encauzar a la sociedad hacia una mayor sostenibilidad y un óptimo cuidado de nuestro entorno. En ella se enmarcan hasta un total de 17 apartados, siendo el sexto punto el orientado a «garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible para todos». Por ello, tanto las empresas privadas como los servicios públicos tienen por delante un reto mayúsculo de obligado cumplimiento: ser sostenibles sin perder la calidad del producto.

La Feria de Soluciones Innovadoras para la Gestión del Agua es un foro técnico al que asisten profesionales del sector que, según su director, surge como una «solución innovadora para la gestión hidrológica». «Tenemos previstas muchas iniciativas para que en España se celebre “la semana del agua”», afirmó Carlos González García de la Barga. En nuestro país disponemos actualmente de un modelo singular en el que se comparte lo público y lo privado en un sector altamente tecnificado y profesional que presta un servicio de alta calidad, pero que en los últimos años ha apuntado a la sostenibilidad como un propósito a cumplir.

El presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de agua y Saneamiento advirtió que «si no reaccionamos a tiempo, correremos el riesgo de que la siguiente generación no disponga de unos buenos servicios en cuanto a potabilidad y saneamiento se refiere». En su opinión, el mundo debe prestar una mayor atención al agua y ofrecer apoyo a los países que están en vías de desarrollo.

Rogerio Koehn señaló la reutilización o la economía circular como uno de los aspectos a mejorar por todos los profesionales. Al mismo tiempo, abogó por una mayor transparencia en relación a toda la gestión del ciclo del agua. «En otros países, está más presente que en España, por lo que tenemos que potenciar y desarrollar una regulación que afecte a todo lo relacionado con el sector». Uno de los puntos fuertes de nuestro país es el alto grado de profesionalización, el cual le ha permitido exportar no sólo a naciones del primer mundo, sino también a estados con una economía más endeble.

El Canal de Isabel II es la empresa pública encargada del ciclo integral del agua en la Comunidad de Madrid y cuya fundación se remonta a mediados del siglo XIX. En palabras de su director de Innovación e Ingeniería, el Canal ha puesto en marcha en los últimos años un renovado plan estratégico para gestionar el agua con mayor transparencia, eficiencia y sostenibilidad. Asimismo, Juan Sánchez mencionó la denominada industria 4.0 y la importancia de su ejecución «para que toda la eficiencia gire en torno al usuario con el resultado de que se proporcione un servicio mejor y más viable».

Debido a las continuas afirmaciones de los ponentes que apuestan por un cambio en el sector, en el debate se planteó una pregunta: ¿Es necesario que España tenga un plan hidrológico en el futuro? Para Fernando Morcillo no hay duda de que nuestra nación necesita una nueva legislación en este sentido. «Llevamos años defendiendo que se apruebe un pacto político porque el plan hidrológico nacional tiene déficits en algunas cuencas», afirmó. Sin embargo, Santiago Lafuente no coincidió en que nuestro territorio tenga un problema de déficit o de planificación, sino que «tenemos que aprender a diferenciar entre agua urbana y agua agrícola, y las rentas que éstas generan porque tendemos a confundirlo».

El director de Aqualia en España aseveró que en este país no se producen cortes de agua por impago de los abonados como sí suceden en otras industrias. Ante esta afirmación, Manuel Marchena recordó que únicamente se le corta el agua a «aquellos insolidarios que no transmiten la titularidad o establecen su negocio de forma ilícita». El gasto medio hídrico en España supone únicamente el 0.9% del gasto familiar, muy por debajo del limite marcado por Naciones Unidas que mantiene que es asequible en cualquier parte del mundo siempre y cuando no supere el 3%. «El derecho al agua no significa que ésta sea gratis», apuntó Carlos González.

Los avances tecnológicos y la apuesta por la innovación tienen que estar presentes en el sector. El presidente de la Asociación Española de Empresas de los Servicios de Agua Urbana anunció que, debido a las reticencias a la hora de renovar las infraestructuras, se produce un enorme derroche de agua urbana a consecuencia de las fugas producidas en tuberías viejas que requieren de una «profunda remodelación».

España es una de las primeras potencias mundiales en cuanto a gestión hídrica. Juan Sánchez explicó que el Canal de Isabel II recibió durante el año 2018 un total de 24 delegaciones extranjeras, no sólo de países consolidados sino también de naciones en vías de desarrollo. Además, las empresas españolas lideran proyectos de depuradoras en distintos puntos de África, así como en Bogotá (Colombia) y Bucarest (Rumanía) y es pionera en tecnología de desalinización. «Los gobiernos mundiales prefieren el modelo de Madrid que el de ciudades tan importantes como Tokio o París», comentó el director de Desarrollo de Negocio del Ciclo del Agua de Acciona.

Abrir el grifo y que salga agua potable es un acto que en el primer mundo está completamente normalizado pero que, sin embargo, es imposible realizar en una gran parte del globo terraqueo. «Muchos de nosotros no somos conscientes de que el agua es un bien escaso y que detrás de ella hay un enorme proceso de gestión que implica a toda una gran industria. La calidad que tenemos en España se debe al gran trabajo realizado décadas atrás y que debe continuar realizándose no solamente para garantizar un suministro de agua decente para los españoles, si no para intentar llevar agua potable a todos los rincones del mundo», explicó Rogerio Koehn.