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El día del juicio final

Si ayer mencionábamos que la volatilidad estaba siendo limitada tras el impacto de las palabras de Powell el martes ante el Comité Bancario del Senado, hoy no podemos decir lo mismo. Con un calendario aún limitado en la eurozona, la moneda única cerró la sesión de ayer un 0,37% al alza, debido a las perspectivas más favorables para los valores de renta variable de la zona euro y la relativa estabilidad del sector financiero del área que probablemente estén provocando algunas reasignaciones en las carteras, lo que está ayudando a que el euro suba a pesar del nivel de riesgo de eventos que se avecina esta tarde. Si bien un buen informe sobre el empleo en EE. UU. podría provocar nuevas caídas de la moneda única, creemos que el mercado podría dudar si situar el tipo de interés de la Reserva Federal cerca del 6% sin volver a fijar los precios de los recortes de tipos poco después. En nuestra opinión, esto debería limitar en parte la subida del dólar, ya que la reanudación de los recortes de tipos probablemente limitará los rendimientos de los bonos del Tesoro a 2 años por debajo del 5%. En el escenario alternativo, en el que el informe de empleo de hoy muestre signos de debilidad, creemos que el euro está perfectamente posicionado para un fuerte repunte hacia los niveles observados a principios de febrero, ya que los diferenciales de tipos de interés apuntan hacia esa dirección.

Hoy hemos amanecido en la mañana europea con un torbellino en los mercados. Las medidas adoptadas a mediados de semana por el Silicon Valley Bank, con sede en California, para reforzar su posición de capital tras registrar pérdidas de 1.800 millones de dólares en su cartera de bonos provocaron ayer una evaluación generalizada de los balances de los bancos estadounidenses. El KBW Bank Index, un índice ponderado por capitalización compuesto por 24 bancos que cotizan en bolsa en EE. UU., cayó cerca de un 5% en la sesión de ayer, mientras que el índice NASDAQ, de gran peso tecnológico, empezó por fin a obtener peores resultados que otros índices de referencia bursátiles estadounidenses, al caer más de un 2% en la jornada. Ahora que los inversores examinan las posiciones de capital y los modelos de financiación de los bancos frente a lo que ahora es un tipo libre de riesgo más favorable en el mercado, el dilema para la Reserva Federal no hace sino empeorar.

Si los tipos suben sustancialmente basándose en datos desfasados y en una hipótesis teórica sobre la velocidad de transmisión monetaria a la economía real, se corre el riesgo de inestabilidad financiera y de que la economía estadounidense se vea abocada al temido escenario de “aterrizaje forzoso”. Esta fue la repentina toma de conciencia que se produjo ayer en el mercado de swaps de tipos de interés de EE.UU., lo que hizo que las expectativas del mercado de una subida de 50 puntos básicos en la reunión de marzo se redujeran. En general, la moderación de los precios de la Reserva Federal pesó sobre el dólar, a pesar de las nuevas turbulencias en la renta variable estadounidense, que suelen incitar a los inversores a buscar seguridad en el billete verde.

Hoy, la atención de los mercados vuelve a centrarse en los datos duros de EE. UU. en los que la Fed basa actualmente sus decisiones políticas. Apenas unos días después de que el presidente Powell abriera oficialmente la puerta a una subida de 50 puntos básicos en su próxima reunión dentro de quince días, se publicará el esperado dato de las nóminas estadounidenses de febrero. Los mercados esperan que la cifra neta de empleo retroceda más de la mitad con respecto a la monstruosa cifra de enero, hasta solo 225.000, pero el sesgo de las expectativas es notablemente al alza. Se prestará especial atención a la cifra de empleo de enero y a si está sujeta a alguna revisión, si el continuo repunte del empleo se filtra a través de un mayor nivel de crecimiento salarial, o si las ganancias de empleo están de hecho impulsadas por un esperado repunte de la oferta de mano de obra. En general, creemos que la balanza de riesgos se inclina hacia una subida de 25 puntos básicos como hipótesis de base probable, especialmente dadas las tensiones que se están haciendo visibles en el sector bancario estadounidense. No obstante, un buen informe sobre el empleo podría dar al traste con la situación y desatar la agitación en los mercados mundiales. Por tanto, la cuestión para la Reserva Federal se centrará en gran medida en los efectos sobre la estabilidad financiera de una subida de los tipos más próxima al 6%.

La reciente serie de publicaciones que sugieren que la economía británica va mejor de lo esperado continuó esta mañana con la publicación de los datos del PIB. Aunque se esperaba que la economía creciera en enero, la magnitud de la expansión fue mayor de lo esperado, con un 0,3% frente al 0,1% previsto. Se trata de una buena noticia para el ministro de Economía de cara al presupuesto de primavera de la semana que viene, ya que contribuye a reforzar la confianza en que la economía británica evitará la recesión este año. Sin embargo, a pesar de que las noticias son mejores de lo esperado, no creemos que esto cambie sustancialmente las perspectivas de la economía británica y, como hemos señalado anteriormente, la diferencia entre una recesión leve y el estancamiento económico es mínima para los inversores globales. Al tener sólo un pequeño margen de maniobra bajo las actuales proyecciones de gasto, una probable rebaja del crecimiento a largo plazo para reflejar un crecimiento de la productividad más débil de lo previsto es probable que cause un dolor de cabeza al canciller que las noticias positivas de hoy es poco probable que compensen.

Esto puede verse agravado por el Banco de Inglaterra, donde el Comité de Política Monetaria se reunirá justo una semana después del gran anuncio de la Canciller en el Parlamento. Los indicios de un crecimiento más robusto hacen temer una inflación más sólida, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor contribución a la cifra del PIB procede de los servicios, con un aumento del 0,5% en el dato de enero. Esto no sería una buena noticia para los responsables de la política monetaria y sugeriría que se avecinan más subidas de tipos y un tipo terminal más alto. La libra esterlina ha subido esta mañana tras conocerse el dato del PIB, y los mercados de divisas parecen estar de acuerdo, aunque esperamos los datos concretos de los mercados laborales y de la inflación, junto con los comentarios del Banco de Inglaterra, para confirmar que se avecinan nuevas subidas de tipos.

El torbellino en el mercado bancario estadounidense tuvo un impacto nada limitado en Latinoamérica. Si bien el MXN y el BRL siguieron el ritmo general del mercado que, en un inicio cotizaban ligeramente a la deriva, al final de la sesión europea reaccionaron bruscamente a la baja, en una jornada en la que, de nuevo, los acontecimientos internos no fueron los principales motores de la divisas LatAm, que cotizaron a merced del sentimiento de riesgo general del mercado. Con una pérdida del 2,1% en la sesión, el MXN fue la divisa LatAm con peor comportamiento, llevando al USDMXN de nuevo a niveles de mediados de febrero. Con una inflación ayer en México por debajo de las expectativas y presentando una ligera mejora con respecto a la lectura de enero, y la publicación de la inflación de Brasil, también de febrero, hoy, mantenemos que lo que ocurra al norte del continente continuará siendo el motor de las divisas de la región. Con la publicación del informe de nóminas de febrero de EE. UU. hoy y las expectativas de los mercados esperando un retroceso de la cifra de empleo de más de la mitad respecto a la cifra de enero, creemos que el riesgo se sitúa al alza. No bastante, dadas las tensiones que se están haciendo visibles en el sector bancario estadounidense, creemos que la hipótesis de base, incluso con un fortalecimiento del mercado de trabajo, podría inclinarse hacia una subida de 25 puntos básicos en marzo. En cualquier caso, un buen informe de empleo podría desatar la agitación en los mercados mundiales y continuar pesando sobre las divisas LatAm.