Christine Lagarde ayer comentó que el presente estado del coronavirus no amerita la intervención de política del BCE aún, pero el banco se mantiene monitoreando de cerca los potenciales daños económicos. Las cifras del cambio en el desempleo y la inflación en Alemania respectivamente dominarán la atención del mercado hoy.
El rendimiento del Tesoro estadounidense a 2 años cae a su punto más bajo desde 2016, mientras que el rendimiento a 10 años continúa alcanza nuevos mínimos en el récord histórico. Los mercados bursátiles están listos para su peor semana desde 2008, ya que el S&P 500 cayó un 4% más junto con el índice Dow Jones ayer. El índice MSCI World ha bajado un 9,4% en la semana, su peor desempeño desde noviembre de 2008, ya que los nervios del mercado continúan acelerando los flujos de refugio y la desinversión lejos de los activos de riesgo. El movimiento de las distintas clases de activos describe un patrón de crecientes expectativas sobre un posible recorte de emergencia de los tipos de la Fed, lo que podría parecer muy adelantado según la narrativa reciente del banco. El pronunciado movimiento bursátil, sin embargo, podría suponer riesgos considerables a la economía, por lo que una revisión de la política monetaria, inducida por la presión de los mercados, no sería del todo descabellada. Hoy los inversores vigilarán el reporte de inflación de enero.
La libra salió del centro de atención ayer, pero su caída frente al dólar y el euro no pasó desapercibida. Con signos que apuntan hacia un día difícil para el Reino Unido y los mercados de valores mundiales, el cruce GBPUSD se cotiza cerca de los mínimos de ayer, mientras que GBPEUR ha fallado aún más esta mañana. La debilidad se debe en parte a la aversión al riesgo global, y en parte a la escalada del riesgo de un Brexit sin acuerdo, que se produjo después de que el Gobierno del Reino Unido publicara su mandato de negociación para las conversaciones comerciales con la UE ayer. El mandato es una apuesta por el control absoluto sobre los estándares del Reino Unido en áreas donde la UE ha insistido que deben estar en igualdad de condiciones. El sentimiento empresarial se acaba de recuperar de una grave desaceleración debido a la incertidumbre política en el cuarto trimestre de 2019, pero este último dibujo de líneas rojas pone en riesgo otro episodio de incertidumbre que frena el crecimiento. Un notable aumento en el gasto fiscal podría mitigar este shock, pero la presión sobre el nuevo Ministro de Hacienda, Rishi Sunak, para que entregue un gran presupuesto en marzo ahora es aún mayor.
El peso mexicano consolida su caída en picada frente a las principales divisas, hilando ya su séptima sesión consecutiva de pérdidas. El sentimiento de riesgo a raíz de la propagación del coronavirus es la narrativa dominante, lo que se explica a partir del alza de refugios como el yen, el franco suizo, los bonos del tesoro y la caída de varios mercados emergentes. La disrupción de tensiones geopolíticas entre Turquía y Rusia tras el asesinato de 33 soldados turcos en Siria se añade al panorama de riesgos, con la ONU alertando que el peligro de un escalamiento armado incrementa por horas. La fortuna del peso, entre tanto, se deteriora con las señales de un panorama macroeconómico doméstico incierto, con la tasa de desempleo creciendo en enero por encima de las expectativas. Las minutas de Banxico publicadas ayer indicaron que el camino de política de Banxico sopesará los potenciales efectos del coronavirus en la economía: una considerable ralentización de la economía podría demandar mayores recortes de los tipos, pero las posibles presiones inflacionarias a través de la depreciación del tipo de cambio podrían contravenir esta medida. Banxico se enlista a la vigilancia del coronavirus.
