El mercado asiático hoy día no es una oportunidad, sino una realidad aunque, todo sea dicho, es una realidad enormemente compleja. La gran mayoría de inversiones extranjeras en Asia –y entre ellas, las españolas– se encuentran con importantes obstáculos cuando inician su andadura debido principalmente al desconocimiento de su cultura. Sin embargo, el sorprendente desarrollo económico en las últimas décadas de países como China refleja que el siglo XXI es, indudablemente, el siglo de Asia.
China y la importancia del guanxi como concepto central de su economía
Hasta llegar a consolidarse como la segunda mayor potencia económica del planeta, la evolución de China ha realizado un largo recorrido, pero no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo que ha dejado de ser una sociedad principalmente rural para convertirse en un gigante tecnológico y productivo. Desde 1980 China es el país con el mayor crecimiento económico del mundo, y es por su potencial que la mirada de empresarios y emprendedores se centran en ella dentro del continente asiático. Por toda esta realidad, la palabra china guanxi ha pasado a formar parte de la jerga financiara mundial como recurso necesario para cualquier tipo de proyecto en Asia.
El guanxi es literalmente “un sistema chino de relaciones personales reforzadas por favores mutuos que juega un rol fundamental al momento de conducir negocios y lidiar con la burocracia estatal”. Pero el concepto va más allá e implica crear un clima de confianza mutua: en China, antes de cualquier acuerdo, lo importante es que haya entendimiento entre las personas, que haya amistad antes que los negocios.
Nacimiento del guanxi
Se ubica el nacimiento cultural del guanxi dos mil quinientos años atrás, en las enseñanzas del filósofo y político Confucio, las cuales ponían énfasis en la interdependencia de las relaciones como construcción social fundamental. La doctrina de este pensador chino ha servido como guía de la mayor parte de la civilización china. Diferentes países asiáticos como Corea, Japón, Singapur y Taiwan, entre otros, comparten la herencia del confucianismo, lo que conlleva que el guanxi no sea un fenómeno exclusivo de China –por ejemplo, en Corea es conocido por kwankye y en Japon por kankei–, aunque es cierto que en el país chino su práctica es más importante que en el resto del continente asiático.
Con unos 1.370 millones de habitantes, China se ha convertido en uno de los principales objetivos de expansión y nuevo destino de proyectos empresariales a nivel internacional. Cultivar un buen guanxi es el primer paso para introducirse en el mercado del gigante asiático, y por la idiosincrasia de la cultura china, una buena red de contactos puede garantizar el éxito.
