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El libre comercio, un éxito incluso para quienes se oponen: el CETA dispara las exportaciones españolas

La firma del tratado comercial entre la Unión Europea y Canadá, el CETAEU-Canada Comprehensive Economic and Trade Agreement«) no estuvo exenta de dificultades ni polémicas, ya que fueron muchos los que desde Europa se opusieron al pacto durante los siete años que duró la negociación. Entre ellos, formaciones políticas españolas como Podemos votaron en contra y trataron de frenar el acuerdo en los tribunales, mientras que el PSOE se abstuvo.

El tratado está vigente de forma provisional desde 2017, eliminando el 98% de aranceles, aunque no todos los países han ratificado su plena entrada en vigor (el último en hacerlo fue Francia, el pasado julio). Como sucede con la inmensa mayoría de tratados de libre comercio, la eliminación de trabas comerciales entre Europa y Canadá ha disparado la actividad económica entre las dos orillas del atlántico, beneficiando a las economías de ambas partes.

En el caso de España, en apenas año y medio desde la aplicación del CETA las exportaciones hacia Canadá han crecido prácticamente un 25%, contribuyendo a paliar el efecto del frenazo en las ventas a nuestros socios europeos por el enfriamiento económico del continente. Estas cifras están por encima de las propias expectativas de la Comisión Europea, que estimaba un crecimiento del comercio bilateral del 8% anual.

España saca más provecho del CETA que Canadá

El principal motivo para la firma de un tratado comercial es que beneficia a todos los participantes. La economía global no es un juego de suma cero y aunque algunos sectores concretos puedan verse perjudicados la reducción de barreras redunda en crecimiento económico para todos los países involucrados. Existe una fuerte correlación entre el índice de apertura comercial de un país y su desarrollo económico y social.

El CETA ha entrado en vigor en un contexto de aumento del proteccionismo en Estados Unidos, que para Europa es un socio comercial importante pero para Canadá es absolutamente vital. Así pues, parece un tratado a priori más necesario para canadienses que para europeos. Sin embargo, entre todos los países de la UE, España ha sido capaz de sacar más partido que Canadá. Las exportaciones españolas han aumentado en 350 millones de euros, mientras que las canadienses han vuelto a niveles previos al CETA tras el repunte inicial.

Actualmente, el saldo de la balanza comercial entre ambos países vuelve a ser favorable a España, después de varios años en que las importaciones desde Canadá crecieron más que las exportaciones en sentido contrario (hasta el punto de llegar a invertir el signo de la balanza). La apertura comercial hacia Canadá, por tanto, está contribuyendo a paliar el déficit comercial de España, que ha aumentado notablemente en el último año.

El automóvil, el sector más beneficiado

Las exportaciones hacia Canadá representan una pequeña alegría en el sector automovilístico español, clave para nuestra economía y lastrado en los últimos meses por la incertidumbre legislativa, la guerra al diésel y las restricciones de tráfico en grandes ciudades. Las exportaciones de la industria automovilística española a Canadá se han triplicado en apenas un año (de 77 millones en 2017 a 231 millones en 2018).

Importaciones y exportaciones del sector automovilístico entre España y Canadá

En sentido opuesto, las importaciones del sector automovilístico canadiense a España son muy reducidas: 17 millones de euros, por debajo del pico de 21 millones registrado en 2015. La industria del automóvil, por tanto, contribuye de forma decisiva al saldo positivo de la balanza comercial entre España y Canadá.

El otro sector claramente beneficiado es el de alimentación, bebidas y tabaco. Las exportaciones de frutas y hortalizas han aumentado el 90% en un año, y las de vino, un 17%. Por otro lado, las importaciones de productos alimentarios canadienses apenas han subido. A cambio, los canadienses han visto aumentar de forma dramática las exportaciones de productos energéticos hacia España, y en menor medida también productos químicos y semifacturas no químicas.

Los beneficios para España del tratado comercial entre Europa y Canadá parecen claros, pese a la oposición de muchos lobbies y partidos políticos españoles. Mientras Europa se prepara para la próxima batalla del libre comercio (el tratado entre la Unión Europea y Mercosur) es conveniente tener presente que el comercio genera riqueza, y las relaciones comerciales fomentan la convivencia pacífica entre países. El mejor ejemplo, la propia Unión Europea.

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