La recuperación de los precios de la vivienda es para el sector inmobiliario síntoma de normalización tras años de depresión. Pero para los compradores, el vertiginoso aumento de los precios se está convirtiendo en un gran problema para sus finanzas familiares dado que no ha venido acompañado de una recuperación similar de los salarios. La conjunción de ambos factores es que el pago de la hipoteca está empezando a impactar de forma muy negativa en el consumo cotidiano.
Según el estudio de Sociedad de Tasación y Planner Exhibitions «El perfil del comprador de vivienda 2019», el 53,5% de los nuevos compradores de vivienda tendrá que dedicar entre el 30% y el 50% de sus ingresos al pago de hipotecas. Incluso un 7,2% cree que tendrá que destinar más de la mitad de su salario. La consecuencia de este incremento del esfuerzo financiero para el pago de la hipoteca es que el 48% de los encuestados verá seriamente afectada su economía familiar. El 17,7%, por ejemplo, tendrá que estar pendiente de cada gasto, mientras que otro 15,4% admite que tendrá problemas para afrontar gastos imprevistos.
La escalada de los precios se está traduciendo también en que los futuros compradores de vivienda reconocen que tendrán que pedir una hipoteca de hasta 210.000 euros, 2,4 puntos más que en 2018. Además, el moderado crecimiento de los salarios está reduciendo el presupuesto disponible para la compra de vivienda. La gran mayoría dispone de entre 150.000 y 200.000 euros para la compra, mientras que los que tienen más de 300.000 se han reducido desde el 33,4% de 2018 al 32,6% de este ejercicio.
Aunque los tipos de interés están por los suelos y el Banco Central Europeo (BCE) está dispuesto a llevarlos a terreno negativo, la realidad es que los españoles huyen cada vez más de las hipotecas a tipo variable. El 42,4% de los que están dispuestos a firmar un crédito hipotecario lo prefiere a tipo fijo para protegerse de los potenciales vaivenes de las variables, preferidas sólo por el 25,7%.
