«Para la mayoría de nuestros Estados miembros, la financiación de la UE para la cohesión, la agricultura y el desarrollo rural representa alrededor del 50 % de la inversión pública total. Esto no solo ilustra la solidaridad de la UE, sino que impulsa el crecimiento económico, la creación de empleo y refuerza el mercado único para beneficio de todos», continuó el presidente Tzitzikostas.
«Me preocupa profundamente el riesgo de socavar estas políticas que acercan Europa a los ciudadanos y los ciudadanos a Europa. Somos conscientes del impacto financiero del Brexit, pero los costes no deberían recaer sobre las ciudades y las regiones. No se trata de dinero, sino de una inversión en el futuro de nuestros ciudadanos», concluyó.
El vicepresidente del Comité Europeo de las Regiones, Vasco Alves Cordeiro, también se refirió a la Cumbre.
«La última propuesta del Marco Financiero Plurianual (MFP) afecta duramente a la política de cohesión con un recorte del 12 % en comparación con el marco actual y con porcentajes de cofinanciación incluso por debajo de los del período actual. La decisión de reducir el apoyo al desarrollo regional, especialmente en la política de cohesión, no acercará la UE a sus ciudadanos. Las regiones y ciudades no podrán hacer más por sus ciudadanos ni por la Unión si reciben menos apoyo. Además, la UE debe tener en cuenta las crecientes desigualdades. Este MFP es la única oportunidad que tienen los líderes de la UE para situar a la Unión en la senda de la igualdad sostenible y de una transición energética justa que no deje a nadie atrás. Un fracaso acabaría con la credibilidad del proyecto de la Unión Europea. Ha llegado el momento de que los Estados miembros de la UE pongan en práctica lo que defienden».
