Inicio Actualidad Económica El súper se come el negocio de las pescaderías y las fruterías

El súper se come el negocio de las pescaderías y las fruterías

A simple vista, no se percibe. En los barrios sigue habiendo carnicerías, pescaderías o fruterías. Pero es algo que está sucediendo. Poco a poco, el canal especialista de productos frescos, la tienda de toda la vida, está desapareciendo. Según los datos de la consultora Kantar World Panel, en los últimos cinco años su cuota de mercado se ha reducido desde el 29,7% hasta el 25,2%. Es decir, este canal sólo capta ya uno de cada cuatro euros que los españoles gastan en gran consumo. ¿Significa esto que los consumidores estén dejando de comer fruta o pescado? No. Lo que significa es que están cambiando de establecimiento para hacer esta compra y prefieren hacerla cada vez más en supermercados e hipermercados.

Todas las grandes cadenas quieren los frescos. Es la gran guerra del sector. Presente y futura. “Todo el mundo quiere mejorar su cuota en esta sección porque es la que más fideliza al cliente”, explica Javier Vello, socio responsable de Retail&Consumer de la consultora EY. “Ahora, todo el mundo llena la cesta de la compra visitando cuatro o cinco tiendas y los frescos son los que más frecuencia de visitas generan”, explica Vello. Y, como explica Florencio García, director de Retail de Kantar, “las cadenas han llegado a la conclusión de que es más sencillo arrebatar el negocio a los especialistas que pegarse entre ellos”. Para hacerlo, cuentan con poderosas palancas. Para empezar, dan al consumidor la opción de hacer la compra completa en un solo establecimiento si le ofrecen un buen producto fresco, explica Vello. Además, añade, pueden ofrecer mejores precios porque pueden beneficiarse de las economías a escala que les ofrece su gran tamaño, tanto para los frescos como para el resto de productos que quiera adquirir el cliente.

En estas condiciones, las pequeñas tiendas tienen todas las de perder. Aunque no lo tienen todo perdido. Vello explica que sus opciones de supervivencia pasan por convertirse en establecimientos premium. Menos tiendas pero más especializadas. “Tienen tres ejes para pelear: gestionar bien productos de gran calidad para conseguir fidelizar a los clientes; apostar por la conveniencia, abriendo en horas en las que las grandes superficies no lo hagan; o teniendo locales muy bien ubicados para así competir con los supermercados”, explica Vello. Algunos, afirma, están siguiendo estas vías. Otros están optando por otras alternativas como pequeñas páginas web para crecer en el canal online o como asociaciones comerciales para revitalizar el negocio al estilo de los mercados tradicionales. De una u otra forma, tienen que ponerse las pilas, dice Vello. “El pequeño comercio debe salir fuera y ver lo que ocurre, cómo puede competir”, concluye.