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Empleo y precariedad laboral – Economía Crítica y Crítica de la Economía

Autor: Fernando Luengo

Categoría: Trabajo

Etiquetas:

Otra Economía

Según la información aportada por Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, en 2016 había en España 2.493.574 puestos de trabajo menos que en 2007, lo que, en términos porcentuales, significa un 87.4% del empleo existente en ese año. Si ponemos el foco en el periodo gobernado por el Partido Popular (PP), la destrucción de empleos entre 2010 y 2016 ha sido de 829 mil, situándose en el ejercicio que acabamos de cerrar todavía por debajo del umbral de 2010 (95,4%). Mal balance, sobre todo si se tiene en cuenta que desde 2014 el producto interior bruto de nuestra economía ha crecido, alcanzando en los dos últimos años tasas superiores al 3%.

Las estadísticas comunitarias ofrecen información sobre otra variable que, en el caso de nuestra economía, es muy significativa: el empleo equivalente a tiempo completo. Este indicador se elabora dividiendo las horas de trabajo realizadas en contratos a tiempo parcial con las requeridas con un contrato a tiempo completo. Por ejemplo, una jornada de 36 horas semanales sería equivalente a tres empleos a tiempo parcial de 12 horas cada uno de ellos.

Las estadísticas de Eurostat sobre el empleo a tiempo completo equivalente y el empleo total, referidas al periodo comprendido entre 1985 y 2016, ponen de manifiesto que cada vez se precisan más empleos a tiempo parcial para configurar un empleo equivalente a tiempo completo. En los años de crisis esta tendencia se ha mantenido, a excepción de los últimos, que parece haberse estabilizado, en cotas históricamente elevadas.

Es de sobra conocido que la contratación a tiempo parcial ya estaba presente en nuestra economía antes del crack financiero. Esta deriva tiene que ver, en buena medida, con nuestro modelo productivo, donde la construcción y los servicios vinculados a la restauración y el turismo han desempeñado un papel destacado, y con una legislación laboral que lo ha favorecido. Añádase a todo ello el impacto de una crisis económica que ha tenido un efecto demoledor sobre el empleo y las condiciones de trabajo, y una gestión de la misma que ha precarizado todavía más las relaciones laborales.

Si hubiera un gramo de decencia en los responsables del PP y en el gobierno de Rajoy, estos datos deberían ser suficientes para revisar las políticas llevadas a cabo durante su mandato.

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