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¿Es posible que el Reino Unido entre en una larga era de estancamiento?

¿Por qué se quisieron ir en el Reino Unido de la Unión Europea? Hubo tres motivos importantes, pero uno de ellos era la visión de una Global Britain. Una economía potente que una vez se hubiera librado de las ataduras burocráticas de Bruselas sería un fuerte jugador en la economía global.

Su crecimiento no estaría vinculado a una Europa inoperante que no dejaba de mirarse el ombligo y en regular en vez de crear riqueza, sino que estaría vinculado a los EEUU, a la Commonwealth (especialmente Canadá, Australia y Nueva Zelanda) y a las naciones emergentes. Reino Unido no sería sino un Singapur gigante avanzando en la senda de la prosperidad. O ese era el sueño.

El Brexit ha ocurrido en un mal momento

Desde la Segunda Guerra mundial la economía del Reino Unido así como su política exterior se han pasado en tres ejes:** Europa, Estados Unidos y los países emergentes**. En el Reino Unido eran conscientes de la necesidad de estar vinculados al continente, por eso estaban en la EFTA junto con varios países hasta que por fin pudieron incorporarse a la entonces Comunidad Económica Europea. Es seguro que va a haber cierta vinculación entre el Reino Unido y el continente al otro lado del Canal de la Mancha, pero también es cierto que va a ser inferior a la actual.

Con Estados Unidos tenían una relación especial, como decía Churchill. Churchill era hijo de un aristócrata británico y de una rica norteamericana. Era más consciente que nadie que los vínculos históricos, lingüísticos y sanguíneos que tenía el Reino Unido con Estados Unidos eran imprescindibles, y así continuarían todo el siglo XX.

Pero la llegada al poder de Donald Trump y la Alt-Right, de Estados Unidos han hecho que la primera superpotencia política, económica, militar y científica del mudno, se esté centrando más en sí misma que en el resto de países. No importa que Donald Trump fuera pro-Brexit o que quiera un acuerdo comercial con Gran Bretaña, la verdad es que ese acuerdo no se ha empezado.

Por último tenemos a los países emergentes. Es cierto que muchos de ellos tienen cierta vinculación con el Reino Unido, especialmente la India y Pakistán, pero también es cierto que a la hora de negociar tratados de libre comercio van a estar más interesados en negociar con grandes grupos comerciales como la UE que con un Reino Unido estancado. Para el Reino Unido va a ser un “pónganse en cola” más que un fast track a la sala VIP del aeropuerto.

Se puede argumentar que no iba a ser un camino de rosas el proceso de convertirse en la Global Britain. A convertirse en ese Singapur gigantesco, siempre que la UE estuviera dispuesta. Pero lo cierto es que el Reino Unido puede que no tome ese camino.

Corbyn y estancamiento

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En el Reino Unido la población ya tiene asumido que saldrá de la UE, y se enfrentan a cómo quieren que sea su futuro post UE. La pregunta es si buscan una economía más cercana la Global Britain que hemos mencionado antes u otra cosa. Pensemos en sus líderes políticos.

Si hoy en día hay un líder político en auge a pesar de su edad ese es Jeremy Corbyn, y si hay otro en decadencia (si descontamos a Nick Clegg y en general los liberal demócratas) esa es Theresa May. En las recientes elecciones anticipadas que ella convocó, ha visto como ha perdido la cómoda mayoría absoluta en un sistema diseñado para dar mayorías absolutas.

Además desde el resultado de las elecciones de Mayo de 2017 la popularidad de Corbyn (al que han descrito como a un Pablo Iglesias británico) ha crecido a pesar de la oposición de parte de su partido que preferirían a un líder más moderado, posiblemente al estilo de Tony Blair. Curiosamente al igual que Donald Trump tiene apoyo de los conocodios como medios de Alt-Right, Jeremy Corbyn tiene apoyo por parte de pequeños medios de Alt-Left que han conseguido en las redes sociales la caja de resonancia necesaria para tener una difusión que no hubieran tenido en ningún otro momento

Las ideas de Corbyn pasan por una subida de los impuestos a los más pudientes y por una renacionalización de los ferrocarriles británicos y de los suministros (como la energía). Cree que se debe subir el salario mínimo a diez libras la hora. Ha defendido que se debe de hacer una Quantitative Easing Popular por parte del Banco de Inglaterra que imprima dinero para gastar en transporte y en vivienda. También por la unificación de Irlanda, el pacifismo y el euroescepticismo.

Dentro de su política parece olvidar que el 30% de los impuestos los paga el 1% de los más ricos y el 10% paga el 60% de los impuestos sobre la renta. Es cierto que el Reino Unido no tiene los impuestos más altos, pero claramente una subida de los mismos lo haría menos atractivo frente a otras jurisdicciones.

A pesar de su edad, Jeremy Corbyn ha conseguido un fuerte apoyo por parte de los jóvenes, que aunque puedan entender que las políticas de Corbyn pudieran suponer inflación y una disminución de los precios de la vivienda, estarían encantados con esta situación ya que la deuda que han acumulado en sus préstamos de estudios (hemos hablado alguna vez de como funcionan) y los altos precios de la vivienda hacen que ambas situaciones las vean como algo de lo que podrían beneficiarse.

The Economist se pregunta si Atlas está a punto de rebelarse en Gran Bretaña, al estilo de la novela de Ayn Rand. La falta de oportunidades al salirse de la UE, un gobierno más centrado en nacionalizar que en llegar a acuerdos que sustituyan el encaje del Reino Unido tras su salida de la UE en la economía global e impuestos más altos junto con renacionalizaciones, podrían suponer años de estancamientos para la economía del Reino Unido que se vería alejada de ese concepto de Global Britain que cada vez parece más lejano.

Mientras tanto, el reloj del Brexit corre.

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