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España, entre las grandes potencias exportadoras europeas

La balanza comercial de la zona euro arrojó en octubre un saldo positivo superior a los 28.000 millones de euros, el mayor superávit de la región desde marzo de 2017, después de que las exportaciones lograran un récord histórico de 217.949 millones, según los datos que se desprenden de Eurostat.

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En el caso concreto de España, el año pasado exportó más de 422.000 millones de euros en bienes y servicios, lo que supone en torno al 35% del PIB nacional, tal y como señala la última actualización del Instituto Nacional de Estadística (INE). En la historia reciente de nuestro país nunca se había registrado una cifra tan alta. Y es que, en términos de PIB, España exporta más que Francia e Italia. Y entre las grandes potencias de la eurozona, sólo nos supera Alemania, que ha tenido tradicionalmente una gran actividad exportadora.

Si bien es cierto que en menos de 10 años las exportaciones españolas se han incrementado 12 puntos con respecto al PIB, ya que en 2009 las ventas al exterior de bienes y servicios representaban tan sólo el 23% del PIB, dando un salto de gigante; no es menos cierto que hay países que exportan más de lo que producen, es decir, que sus exportaciones escalan por encima del cien por cien del PIB, lo que se debe a que son «hubs» comerciales, con gran actividad reexportadora.

En este sentido, Luxemburgo, Hong Kong, Singapur, Malta e Irlanda son los países donde el peso de las exportaciones es mayor en el PIB. Y hablando de pesos, gracias precisamente al salto de gigante que han protagonizado las ventas españolas hacia el exterior en relación a la economía, aumentando el protagonismo de la demanda externa en el PIB, España se encontraría actualmente en mejores condiciones para afrontar una hipotética caída de la demanda interna que hace 10 años.

Desde el Club de Exportadores e Inversores explican que una economía con una gran actividad exportadora es más sana que otra centrada en el mercado interno. «Una economía que no exportara nada estaría totalmente a merced del ciclo económico de su mercado interno. En cambio, una economía con una gran actividad exportadora está más diversificada porque genera riqueza tanto dentro como fuera de su territorio y, por tanto, está en mejores condiciones de hacer frente a una crisis interna», aclaran.

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De igual modo, Nereida González, analista del área de mercados de Afi, apostilla que las economías dependientes de las exportaciones suelen ser o bien grandes productores o bien grandes países de paso de productos, y su crecimiento depende notablemente de lo que ocurra con el comercio exterior.

La primera de las ventajas que tiene una economía que dependa de sus exportaciones es, para los expertos consultados del Club de Exportadores e Inversores, la diversificación de riesgos. Pero también resulta reseñable la competitividad que suele caracterizar a sus empresas. En este punto, sostienen que una economía con una gran actividad exportadora es una economía con empresas capaces de competir en los mercados internacionales, más eficientes, más productivas, empresas de mayor tamaño, que crean más empleo y de más calidad, que tienen mayor capacidad financiera, que invierten más en innovación y en marca, y que contribuyen más a las arcas públicas. Y desde el Club de Exportadores e Inversores también señalan como una ventaja significativa la capacidad de aprovechar las oportunidades de negocio que existen en los mercados internacionales. «En el caso concreto de España, nuestro país es un mercado maduro, con un potencial de crecimiento interno más bien limitado. Las verdaderas oportunidades de crecimiento –donde las empresas tienen que poner el foco– están en los mercados internacionales, sobre todo en los mercados emergentes (como Asia-Pacífico y África)», apostillan. Por su parte, Nereida González revela que una economía mayoritariamente exportadora depende de dinámicas externas a su economía nacional para mantener su crecimiento. Y ello conlleva ciertas fortalezas, como la posibilidad de beneficiarse del crecimiento de otras economías del entorno. Sin embargo, la analista del área de mercados de Afi advierte de que el crecimiento de los países más dependientes del comercio exterior puede ser más volátil si la balanza comercial no se encuentra diversificada.

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Ventas españolas al exterior

En cuanto a la composición de las exportaciones españolas, desde el Club de Exportadores e Inversores indican que más del 30% de lo que España vende al exterior son servicios. Y detallan que dentro de los servicios se suelen establecer dos categorías principales: servicios turísticos y servicios no turísticos. Pues bien, siendo España una gran potencia turística, desde hace años exportamos en mayor medida servicios no turísticos (transporte, telecomunicaciones, TIC, servicios empresariales, servicios financieros…). «Es importante subrayar esto porque los servicios no turísticos aportan un mayor valor añadido y generan empleo de más calidad», sentencian.