Inicio Actualidad Económica La deuda privada amenaza con amplificar los efectos de la guerra comercial

La deuda privada amenaza con amplificar los efectos de la guerra comercial

El aumento de los tipos de interés o la caída de los beneficios empresariales son los dos elementos que podrían generar problemas crediticios entre las empresas norteamericanas. Dada la política monetaria de la Reserva Federal, la caída de beneficios propiciada por la escalada de las tensiones comerciales es la principal amenaza que afrontan los riesgos de crédito. Aunque la economía estadounidense experimenta un largo período de expansión, los beneficios empresariales cayeron en el primer trimestre de 2019. Las empresas que operan en los sectores de servicios públicos e inmobiliario son las más vulnerables al rápido deterioro por una caída de los beneficios, seguidas de energía, comunicación y atención sanitaria. Otros sectores muy expuestos son el de alimentos, bebidas y tabaco, y el de construcción.

La deuda privada en China supuso el 203% del PIB en 2018. A diferencia de Estados Unidos, la deuda de los hogares de China se ha multiplicado prácticamente por tres -del 19% del PIB antes de la crisis financiera mundial al 51% en 2018- lo que supone el ritmo de crecimiento más rápido del mundo. El aumento con respecto a los ingresos disponible es aún más rápido: 120% frente al 30% de 2007. Con un 80% de la deuda familiar financiada a tipos variables, los hogares chinos son vulnerables a las oscilaciones del ciclo económico.

El sector empresarial chino ha comenzado a desapalancarse, un proceso que aumenta el riesgo de aterrizaje forzoso de la economía china. La deuda de las empresas, que aún supone el 152% del PIB, es la segunda más alta entre los mercados emergentes, después de Hong Kong (220%). El 95% de la deuda corporativa china está denominada en moneda local, lo que la hace menos vulnerable al riesgo de tipo de cambio, pero al igual que en Estados Unidos, Crédito y Caución constata un aumento de la preocupación por el deterioro de la calidad crediticia de las empresas. Los sectores más vulnerables son los sectores con exceso de capacidad (acero, aluminio, carbón, vidrio laminado y cemento), junto con los más endeudados (construcción e inmobiliario) y los atrapados en la disputa comercial con Estados Unidos (metales, plásticos y maquinaria).