Inicio Actualidad Económica La deuda pública da un respiro pero a niveles de escándalo

La deuda pública da un respiro pero a niveles de escándalo

El Banco de España ha publicado los datos de deuda de las administraciones públicas correspondientes al mes de julio y, sorpresa, esta se ha reducido, rompiendo de esta forma la tendencia de los dos meses anteriores.

En concreto, la deuda pública se rebaja en 4.872 millones de euros en julio respecto al mes anterior, por lo que la cifra total de endeudamiento se sitúa 1,134 billones de euros, casi nada. En relación al PIB, la deuda representa el 99,67% del mismo.

En lo que va de año el endeudamiento público solo se ha reducido en dos meses: en abril, cuando disminuyó en algo más de 11.000 millones de euros, y en esta ocasión. Por esta razón, los datos interanuales no son buenos: respecto a julio de 2016 la deuda ha crecido en la nada despreciable cifra de 31.621 millones de euros, un 2,8% más.

Como recordarán, el objetivo de deuda previsto para finales de año es del 98,8% del PIB y, según el ministro Luis De Guindos, se alcanzará sin demasiados problemas. Esperemos se consiga de forma «natural» y no mediante maquillaje contable pasando facturas y pagos de 2017 al mes de enero de 2018.

¿En qué valores está la deuda?

Como ya hemos señalado en alguna que otra ocasión, nuestra suerte es que la mayor parte de la deuda en manos de la administraciones públicas se encuentra en valores a medio y largo plazo. Esta situación hace que a priori el problema no sea tan grave.

El 77,1% del total de la deuda sigue encontrándose en valores a medio y largo plazo, por los que en teoría no debemos preocuparnos aún pero que nos van a calentar la cabeza en el futuro. Estos valores disminuyeron en julio en 528 millones de euros respecto al mes anterior, hasta situarse en 875.457 millones.

Los valores con vencimiento a corto plazo encadenan seis meses seguidos a la baja. En julio se redujeron en 1.707 millones de euros, hasta los 75.730 millones. Mientras tanto, los créditos no comerciales y el resto de préstamos disminuyeron también en 2.837 millones de euros, hasta los 182.839 millones.

España y su problema de deuda

Cuando se habla de deuda pública suele ponerse como referencia la barrera psicológica del 100% del PIB, dando a entender a mucha gente de forma errónea que más del 100% es malo y menos es bueno. Error. Lo único que nos indica ese porcentaje, 99,67% a fecha de hoy, es que España necesitaría el valor de la producción de todo un año para pagar su deuda.

Aunque las cifras son de verdadero vértigo, ya en otras ocasiones la economía española se vio igual de endeudada (porcentualmente) y fue capaz de salir a flote. En concreto, durante la década de 1880 y a comienzos de 1900 como se ve en esta gráfica de Perpe:

grafico

España no es el único país que vive al límite en términos de deuda. Si miramos a nuestro alrededor, Grecia, Irlanda, Italia o Portugal también superaron la barrera del 100% de deuda sobre PIB. Si salimos de la UE podemos encontrarnos a Singapur o, ya totalmente fuera de control, a Japón, por citar solo algunos ejemplos.

deuda

Como siempre decimos, el problema de la deuda es que hay que pagarla. En este sentido, más que el ratio Deuda/PIB lo que debemos valorar es la capacidad de nuestra economía para pagar su deuda sin generar deuda nueva. Si esto se puede hacer, vamos bien. Si por el contrario necesitamos seguir emitiendo deuda y pagando sus correspondientes intereses para hacer frente a los vencimientos a corto plazo, tenemos un problema.

Obviamente, hay que crecer para que la devolución de la deuda sea posible. Si no hay crecimiento económico será imposible reducir el endeudamiento. Sin embargo, actualmente estamos creciendo y la deuda no termina de menguar. Esto es así porque a pesar de que la pagamos, nos endeudamos a un ritmo mayor. No queda más remedio, por tanto, que contener el gasto público.

Crecimiento y contención de gasto forman la única ecuación que conseguiría que el ratio de deuda con respecto al PIB se rebaje poco a poco. No hay soluciones intermedias. Si acaso, una quita parcial, pero créanme, eso no le interesa a nadie.