Para Estados Unidos el problema de la inmigración ilegal se ha convertido en un dolor de cabeza. Tan solo en el mes de mayo, los oficiales de inmigración en la frontera sur de Estados Unidos han detenido a más de 132.000 personas intentando cruzar ilegalmente. Esa es la cifra mensual más alta de detenidos en la frontera en casi diez años. Por ello, Trump ha decidido utilizar los aranceles para presionar a México y que se esmere más en detener el flujo de inmigrantes ilegales.
En respuesta a las quejas de Trump, México ha decidido enviar más policías a custodiar su frontera sur con Guatemala, ya que la mayoría de los inmigrantes ilegales que finalmente están cruzando hacia Estados Unidos son en su mayoría de Centro América. La opresión política, la pobreza y los altos índices de violencia están ocasionando un éxodo masivo de familias centroamericanas hacia el norte. Según los oficiales de inmigración estadounidenses, el perfil de las personas detenidas en la frontera ha cambiado, antes eran hombres mexicanos que viajaban en solitario y, ahora, la mayoría de los inmigrantes que deciden cruzar a Estados Unidos son familias o menores de edad que viajan solos en busca de asilo político en Estados Unidos.
Oposición en el Congreso de Estados Unidos
Los congresistas demócratas de Estados Unidos están en contra de los aranceles que Trump le quiere imponer a México. Incluso algunos republicanos han advertido a la Casa Blanca que estos aranceles podrían ser perjudiciales, especialmente para el consumidor estadounidense al imponer una carga tributaria adicional de unos 30.000 millones de dólares tan solo el estado de Texas, por ejemplo.
México es el segundo socio comercial más importante de Estados Unidos y no es de extrañar que los congresistas estadounidenses estén preocupados por la posibilidad de que esta decisión frene el impulso económico. Es posible que México tenga más que perder en una guerra comercial con su vecino del norte, pero el país azteca también tiene armas con las que responder a los aranceles de Trump.
México podría lanzar represalias e imponer sus propios aranceles a ciertos productos estadounidenses, especialmente a los productos agrícolas de los estados que votaron por Trump. Sin embargo, algunos oficiales mexicanos han dicho que de momento no van a poner aranceles al maíz importado de Estados Unidos, ya que lo necesitan para alimentar el ganado. Algunas fuentes reportan que México ha solicitado un envío de 35.000 toneladas de maíz desde Brasil, posiblemente preparándose para golpear al maíz estadounidense con aranceles.
La calificación crediticia de México baja
Aparte de los problemas que podrían generar los aranceles de Trump en la economía mexicana, la empresa estatal de petróleo, Pemex, padece serios problemas de endeudamiento. De hecho, Pemex es la empresa petrolera con más deuda del mundo. Los problemas de Pemex contribuyen a que las firmas calificadoras de riesgo como Fitch y Moodys bajen la calificación crediticia de México.
Fitch ha bajado la calificación de los bonos soberanos mexicanos a BBB, nivel que los ubica justo por encima de los conocidos como bonos basura. Por otro lado, Moody´s redujo las proyecciones de crecimiento económico para México. Los anuncios de Fitch y Moodys ocasionan que el peso mexicano pierda aproximadamente un 1,3% frente al dólar justo después de la noticia.
Sobre el gráfico semanal del dólar frente al peso mexicano, cortesía del broker de Forex y CFDs ActivTrades, podemos observar que la paridad mantiene su impulso alcista durante esta semana y llega a un máximo alrededor del 19,87. La tendencia alcista en la paridad nos señala debilidad en el peso mexicano y fortaleza en el dólar, ya que el peso mexicano es la divisa que cotiza. De continuar subiendo, la zona del 20,00 podría actuar como resistencia, mientras que hacia abajo, el EMA de 55 semanas en el 19,22 podría actuar como soporte.
