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La inflación y la subida de precios dispara la compra de móviles reacondicionados

Con la inflación disparada y los precios en máximos históricos, las familias buscan reducir sus gastos y apostar por las mejores opciones para que sus niveles de consumo sufran lo mínimo posible. En este contexto desfavorable, el mercado de la tecnología es uno de los más sensibles en escenarios de presión inflacionaria, ya que los hogares prescinden de todos los gastos que sean prescindibles o no sean prioritarios. Es el caso de la venta de telefonía móvil, cuya desaceleración de ventas vivida en 2022 fue la peor de la última década. En unidades totales, se vendieron el año pasado en España 13,4 millones de móviles, un 8% menos que en 2021, cuando la cifra rozó los 14,6 millones, según datos de la consultora Canalys.

En sentido contrario, el mercado de los móviles reacondicionados ha disparado su peso en el mundo y cuenta ya con una tasa de crecimiento anual del 10,3%, lo que demuestra claro un cambio en los hábitos de consumo. En 2022, se vendieron en todo el mundo 282,6 millones de terminales usados y reacondicionados –un 11,5% más que en 2021, cuando fueron 253,4 millones de unidades– y se espera que, en 2026, la cifra alcance los 413,3 millones. El precio, los controles de calidad y la garantía legal hacen que esta opción sea cada vez más popular entre los consumidores que no pueden hacer frente a la factura de un terminal nuevo. Pero no solo eso llama a este tipo de comprador. También la sostenibilidad.

«El tradicional modelo de consumo lineal, basado en usar y tirar, ha dado paso a uno circular que denominamos ‘‘slow-tech’’, cuyo objetivo es alargar la vida útil de los dispositivos y reducir la generación de residuos», explica Jacqueline Pistoulet, directora en España de SMAAART, firma francesa especializada en la reparación de teléfonos móviles. Según asegura esta compañía, por cada móvil reacondicionado vendido se ahorra la emisión de 52 kilos de CO2, la extracción de 164 kilos de materias primas y el uso de 56 m3 de agua. «Igual que ocurre con la ropa o los coches de segunda mano, cada vez existe una mayor consciencia entre los consumidores sobre la importancia de dar una segunda vida a los dispositivos», sentencia.