Inicio Actualidad Económica La Renfe francesa desembarcará en España con su AVE «low cost»

La Renfe francesa desembarcará en España con su AVE «low cost»

SNCF dará la batalla a Renfe en el servicio de alta velocidad con su modelo «low cost». «Hay un mercado que ni el TGV clásico ni el AVE de Renfe pueden abordar» y para el que el modelo de bajo coste es «una buena opción», ha asegurado hoy la responsable de alta velocidad de la operadora pública gala, Rachel Picardía, en un encuentro con medios españoles. SNCF tiene una filial de bajo coste, Ouigo, que ya opera en Francia y que en cuatro años ha logrado captar 17 millones de pasajeros. El precio de sus billetes es inferior a los 25 euros por trayecto para el 60% de sus clientes.
El mercado ferroviario español se liberalizará en diciembre de 2020. A partir de entonces, cualquier compañía podrá competir con Renfe en alta velocidad. La intención de Picard es que SCNF esté plantando cara a su rival española desde el primer día porque, según ha dicho, «ser el primero es uno de los factores de éxito». Lo que no está claro es si lo hará en solitario o con un socio. Ayer mismo, la compañía confirmó que está negociando una alianza con Acciona e Ilsa (Air Nostrum) para conformar una sociedad con la que competir con Renfe en el AVE. Hoy, Picard ha añadido que no sólo están hablando con Acciona sino que también están en conversaciones con «varios posibles socios». Su deseo, ha explicado, sería venir a España de la mano de un aliado nacional que conozca el mercado, «como españoles». No obstante, SNCF está dispuesta a desembarcar en España en solitario si es preciso. Entre los posibles socios con los que podría contar no estaría Renfe ya que las autoridades de competencia tumbarían un acuerdo entre los dos operadores públicos, ha explicado Picard.
SCNF considera que España es un mercado con mucho potencial porque tiene la mejor red de alta velocidad de Europa pero que está infrautilizada. Picard ha explicado que mientras que cada francés hace de media 1.200 kilómetros en AVE al año, en España esta cifra apenas llega a los 550. Su diagnóstico es que hay un potencial de pasajeros con menos poder adquisitivo de los que ahora usan la alta velocidad que se pueden captar con su modelo de bajo coste.