Inicio Actualidad Económica Lo que el concesionario te oculta cuando te ofrece financiación ‘premium’

Lo que el concesionario te oculta cuando te ofrece financiación ‘premium’

Una cuota final muy alta para quedarte con el coche

Lo primero que hay que saber sobre la financiación premium es que, en realidad, se trata de un contrato de leasing con el que el concesionario nos cede la propiedad del vehículo durante un tiempo (entre tres y cuatro años, por lo general), con o sin entrada. En estos casos, con las cuotas mensuales se devuelve únicamente una parte del precio del coche: por ejemplo, si este cuesta 10.000 euros, al finalizar el plazo habremos devuelto 5.000 euros o incluso menos. Es por eso que con esta modalidad se pagan unas mensualidades mucho más bajas que con un préstamo al uso.

Una vez alcanzada la fecha del vencimiento del contrato, el concesionario nos dará tres opciones: quedarnos con el vehículo, devolvérselo o suscribir un nuevo contrato para que se nos ceda otro coche. Si nos decantamos por la primera opción, tendremos que pagar una cuota final muy elevada, cuyo coste corresponderá a la fracción del precio que reste por abonar (el llamado residual). En muchos casos, eso sí, se puede refinanciar para no tener que hacerle frente de golpe.

Además, hay que decir que con las cuotas no se devuelve únicamente lo que la financiera nos haya prestado para usar el coche. Exceptuando las ofertas puntuales al 0%, en el contrato de leasing se establece también un tipo de interés, así que si decidimos quedarnos con el vehículo, al final habremos abonado su coste más los intereses (y una comisión de apertura o estudio, si nos la cobran). Según el comparador HelpMyCash.com, el interés aplicado en la financiación flexible suele ser de en torno al 10%, que es más alto que la media del 7% que tienen los créditos bancarios.

Los servicios adicionales se pagan aparte

Como vemos, la financiación preferente o premium guarda ciertas similitudes con el renting, pues en ambos casos se puede devolver el coche o cambiarlo por otro. Pero es importante destacar que con el leasing no se incluyen servicios adicionales (seguros, extensión de garantía, etc.) en el precio de las cuotas. Muchos concesionarios ofrecen paquetes de servicios para complementar la financiación, pero estos se pagan aparte.

Asimismo, desde HelpMyCash.com advierten de que, como ocurre con el renting, algunas financieras establecen un límite de kilómetros al año o durante todo el plazo del contrato. En caso de superarlo, habría que pagar una penalización, así que es importante tenerlo en cuenta si somos de los que usamos el coche para hacer largos viajes por carretera.

¿Mejor o peor que contratar un préstamo al uso?

Con toda esta información sobre la mesa, es inevitable preguntarse si sale más a cuenta financiar el coche con un préstamo que con un contrato de leasing. Según HelpMyCash.com, la respuesta depende de las necesidades de cada conductor: si nuestra intención es pagar los mínimos intereses posibles, firmar un crédito puede ser lo más conveniente (especialmente si lo contratamos a través de un banco), mientras que si preferimos abonar unas cuotas muy bajas, puede que nos interese decantarnos por la financiación preferente.

Por lo tanto, antes de elegir la modalidad de financiación hay que analizar nuestras propias necesidades para tomar la mejor decisión. Asimismo, es aconsejable acudir a más de una financiera (a diversos concesionarios, a unos cuantos bancos o establecimientos financieros de crédito como Cetelem o Cofidis…), pues así podremos comparar entre varias ofertas y podremos quedarnos con la que nos salga más a cuenta.