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Londres está perdiendo las negociaciones del Brexit con Bruselas, y te contamos por qué

Las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea comenzaron poco después de que Theresa May firmara la carta que fue entregada a Donald Tusk a finales del pasado Marzo. Llevamos unos pocos meses de negociaciones ¿cómo están yendo?

Personalmente tengo una tesis, la Unión Europea va a conseguir mejores condiciones que el Reino Unido en este aspecto. Además, las negociaciones que vamos viendo en marcha y las distintas noticias están cada vez más confirmando esta situación. ¿soy un iluso? No, creo que hubiera sido mejor que el Reino Unido permaneciera en la UE que el mejor acuerdo, pero una vez asumimos que sale, el acuerdo puede beneficiar a una parte u otra.

Bruselas estaba más preparada

En primer lugar debemos tener en cuenta que Bruselas estaba mucho más preparada. En el Reino Unido han pasado por un cambio de primer ministro y después unas elecciones generales. Estas lo que hicieron fue que Theresa May perdiera al cómoda mayoría parlamentaria que había heredado de David Cameron, es decir, comenzó la situación debilitándose aposta.

Además, sucede que el Reino Unido se encontraba con una UE muy acostumbrada a negociar. Se acababa de finalizar las negociaciones sobre el CETA, que se añadía a los demás tratados comerciales de la UE. Además en la UE todo se acostumbra a hacerse mediante largas sesiones en las que se negocia todo. Ya se la accesión de nuevos miembros, los tratados o simplemente los presupuestos anuales.

Además Bruselas ha comenzado marcando los tiempos. Primero se ha comenzado a negociar la salida, no las condiciones posteriores de tratado entre la UE y el Reino Unido. Esto ha supuesto que el euroconsorcio está marcando los tiempos. No es algo bueno para una negociación que la otra parte sea la que decida la agenda. Hasta 2018 no se empezarán a tratar aspectos muy importantes para el Reino Unido, como la navegación aérea, las finanzas y la agricultura.

No sólo eso, sino que además el acuerdo deberá acordarse por una mayoría del Parlamento Europeo, con lo cual el Reino Unido y el equipo negociador de la UE tienen en cuenta que deben ofrecer un acuerdo que satisfaga en buena parte a los distintos miembros y a sus representantes en Estrasburgo, no es suficiente con un acuerdo entre los países.

Las noticias no son buenas para el Reino Unido

Que las noticias y la situación no está resultando buena para el Reino Unido está clara. Empecemos porque por ejemplo el mismo David Davis (secretario de estado para la salida de la UE o “ministro del Brexit”) ha reconocido que hay un punto vital donde la UE va a comenzar saliéndose con la suya: el acuerdo económico. El Reino Unido tendrá que pagar parte de las futuras políticas europeas en los próximos años, así como el coste de la recolocación de los servicios europeos en Londres (las Agencias del Medicamento y Bancaria Europeas y también las representaciones ante el Reino Unido de la UE).

Además el Reino Unido se está dando cuenta de que mucho del trabajo regulatorio realizado por agencias europeas va a tener que hacerse por sí mismo, lo cual le va a implicar aumentar su burocracia para ser capaz de sustituir el trabajo que hacían estas instituciones de la UE.

Si es posible que se llegue a un acuerdo de un periodo de transición, mediante el cual las políticas de la UE sigan activas durante unos años. Esto se debe a que ambas partes saben la cantidad de tiempo que se tarda en conseguir un acuerdo de libre comercio, por ejemplo el de la UE con Canadá (CETA) supuso diez años de negociaciones entre las dos partes.

Además, tras el Brexit el Reino Unido podría perder su “factor cool”, que es lo que ha conseguido liderar muchos aspectos en los últimos años. Las industrias creativas (música, moda, etc) suponen el 4% del PIB británico, y el enfadarse y comportarse como el que se enfada con sus amigos sin un motivo claro, no va a ayudar a esta imagen “molona” que tiene Londres y que tantos beneficios económicos le proporciona (al igual que su capacidad de atraer talento, especialmente del resto de la UE).

Es cierto que de momento la economía británica se muestra optimista a pesar de todo. Sigue creciendo e incluso ha crecido la Inversión Extranjera directa. Pero se va a llegar a un punto en el que se va a dejar de estar en piloto automático, cuando se vea hacia dónde están yendo las negociaciones y si habrá acuerdo o no. Muy posiblemente en la próxima ronda de negociaciones en diciembre sepamos más de por dónde van los tiros.

¿Y si no hay acuerdo?

Tanto desde Londres como de Bruselas, se ha reconocido que aunque la falta de acuerdo sería desastrosa, ambas partes tienen que hacer planes para un “Hard Brexit” en el que el Reino Unido deja a la UE el 29 de marzo de 2019 sin ningún tipo de acuerdo. Pero el acuerdo debería de haberse hecho antes. De hecho se plantea que si durante 2018 no se ha conseguido un acuerdo veremos un Brexit sin acuerdo.

Es cierto que la falta de acuerdo tendría un menor impacto para el Reino Unido en algunos aspectos como en las cantidades comprometidas para pagar a la UE y que esta por este motivo tendría un problema de financiación, pero también es cierto que un corte abrupto de los lazos entre los hasta ahora socios supondría un fuerte impacto económico para ambas partes, posiblemente más duro para el Reino Unido.

En caso de falta de acuerdo los derechos de los ciudadanos de la UE en el Reino Unido, los de los británicos en el resto de la UE, la libertad de capitales, personas, mercancías y servicios quedarían en entredicho, dejando un territorio que parecía olvidado desde hace décadas.

Esto también tendría fuertes consecuencias negativas para España, que perdería las ventajas que tiene respecto a los demás países del mundo con uno de sus mayores socios comerciales. En fin, no iba a ser todo fácil.

Más información | BBC, The Independent, Expansión

Imagen | dullhunk