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Los bancos españoles se desprenden de la deuda pública y apuestan por el crédito

En los últimos años, hemos estado viendo como los bancos españoles han ido perdiendo peso sobre el total de deuda pública. Y es que, si nos remontamos a junio del año 2012, con el famoso rescate bancario –o línea de crédito con condiciones favorables-, las entidades nacionales llegaron a acumular el 34,9% de toda la deuda en circulación, lo que suponía un total de 201.473 millones de euros.

Desde ese punto de partida, en los últimos años los bancos nacionales se han desprendido de un total de 16.975 millones de euros, y en el ejercicio 2016, cerraron con una cifra de 184.498 millones de euros, con un peso relativo sobre el total de deuda pública en circulación del 22,4%.

Este descenso en términos relativos, se debe a varios factores, pero el principal es que en los últimos cinco años, la deuda pública no ha parado de crecer, pero ha sido absorbida mayoritariamente por los inversores extranjeros. En base a las cifras de 2016, el 51,6% de la deuda pública del Estado estaba en manos de inversores extranjeros, una notable diferencia si lo comparamos con los años anteriores. En el fatídico 2012, los inversores extranjeros sólo acaparaban el 31,4% del total de deuda en circulación.

Cartera

Otro de los grandes tenedores de la deuda del Estado es el Banco de España, siendo el tercer tenedor con mayor deuda pública, pues acapara el 16,8% del total de deuda en circulación. Cuatro años atrás, el Banco de España sólo asumía un peso relativo del 4,8%. Este cambio ha sido motivado por las acciones de política monetaria que se han llevado a cabo.

La banca prefiere el crédito a invertir en los títulos de deuda pública

La banca ha optado enfocar su actividad a la concesión de crédito y obviar la compra de títulos de deuda pública. A partir del año 2015, los bancos se decidieron a abrir el grifo del crédito. Caixabank fue en la entidad que más créditos concedió, con un aumento del crédito al consumo del 48% e incrementó la concesión de préstamos hipotecarios en un 57%. El Banco Santander y el Sabadell también se postularon en el aumento de la concesión de préstamos hipotecarios en un 25% y el 24,6% respectivamente.

Pensemos que actualmente los bonos españoles se encuentran en un escenario de alta sobrevaloración. En el mercado secundario, podemos encontrar que los bonos españoles hasta tres años cotizan con rentabilidades negativas y el bono a 10 años ofrece, tan sólo, una rentabilidad del 1,5%.

Tres Anos

A pesar de que los créditos tienen un componente más arriesgado que los bonos soberanos, el diferencial de intereses compensa ampliamente la exposición del balance de las entidades bancarias hacia la concesión de créditos en vez de posicionarse en la compra de deuda pública española.

En la actualidad, el crédito al consumo orientado a las operaciones a plazo entre uno y cinco años tiene unos tipos de interés del 8,33%. Las operaciones hipotecarias con plazos superiores a 10 años tienen unos tipos de interés del 2,43%.

Los inversores extranjeros, los más interesados en nuestra deuda

El año 2012 fue un periodo muy crítico tanto para la viabilidad de España como para el proyecto del euro. En ese contexto, los inversores extranjeros fueron especialmente reacios con la deuda pública española y por ello, el peso relativo de los inversores extranjeros era del 36,5%.

Durante los siguientes años, los inversores extranjeros fueron más propicios aceptar la deuda pública española y incrementaron su exposición sobre los títulos de deuda pública. En el año 2013, la deuda en manos de los no residentes era del 43,8%, en 2014 del 49,6%, en el 2015 del 53,4% y finalmente, a cierre de 2016 el porcentaje disminuyó ligeramente hasta el 51,8%.

No podríamos entender este mayor apetito por parte de los inversores extranjeros, sin que hubiera una reducción paulatina del riesgo país. Tanto la prima de riesgo como la probabilidad de default de España han caído fuertemente en los últimos años, evidenciando las mejores condiciones macroeconómicas de España.

Probabilidad

Esta reducción de estas variables tiene componentes internos y externos. Entre los componentes internos nos encontramos en profundas reformas estructurales que han llevado a la economía española a un modelo centrado en las exportaciones y con menor dependencia, a ladrillo. Por esa razón, España crece al 3%, mientras que Italia y Francia se conforman con un avance de sus respectivas economías del 0,8%.

Entre los factores externos que han mejorado el riesgo país, el más relevante son las condiciones de financiación laxas del BCE y su programa de compra de bonos en el mercado secundario, que ha llevado a la curva de rendimientos de bono soberano a sufrir un fuerte descenso, mejorando en última instancia la capacidad de financiación del Tesoro.

El Tesoro español sigue aprovechando el contexto de bajos tipos de interés

A pesar de no contar con los bancos, en este contexto de bajos tipos de interés, el Tesoro español ha buscado aumentar la vida media de la cartera de deuda en sus procesos de financiación. Si bien en el ejercicio 2013 la vida media de la cartera era de 6,20 años, en la actualidad se sitúa en 7,05 años.

Vida Media

Y si nos centramos en la vida media de las emisiones a medio y largo plazo actualmente es de 11,5 años, una cifra superior a la registrada el año anterior (9,1 años) y más del doble de la registrada en 2012 (5,1 años).

Las condiciones de financiación también han mejorado notablemente para los intereses del Estado. En el año 2012, el Tesoro pagaba unos intereses medios del 3,01% por las nuevas emisiones, ya en el ejercicio 2016, las condiciones de financiación bajaron hasta el 0,61% y en la actualidad, el coste medio de la deuda es de sólo el 0,57%.

La jugada es clara… realizar emisiones de largo plazo para alargar el vencimiento de los bonos, y en definitiva, aprovechar la coyuntura actual de facilidades de financiación. La última subasta de bonos a diez años se consiguió colocar pagando unos intereses del 1,548% y las obligaciones a cincuenta años han conseguido colocarse al 3,249%.

Rentabilidadaes

Para este año, el plan de Tesoro es seguir la línea marcada en los últimos años y emitir principalmente deuda de medio y largo plazo. Previsiblemente, la emisión bruta del Tesoro sea de 220.017 millones de euros.