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Los BRICS deben ganar relevancia para dinamizar economía del grupo de países miembros

«El agrupamiento tuvo un papel central en el G20 financiero, como instrumento de negociación de la coordinación macroeconómica para superar la crisis del 2008, y el crecimiento de los BRICS y otros emergentes contribuyó para superar la crisis», afirmó. En segundo lugar, es evidente una clara diversidad entre sus miembros, en términos de asimetría económica y desempeño en el comercio internacional, y en tercero, disparidades crecientes en estas dos áreas, en especial cuando se compara a China con otros miembros del BRICS.

En ese sentido, actualmente el grupo BRICS contribuye no sólo a la política exterior sino que también se espera sea un actor fundamental en la recuperación de la economía brasileña, indicó. «Ese pasado brillante de los BRICS tuvo su auge en 2014 en la Cumbre de Fortaleza cuando fue creado el Nuevo Banco de Desarrollo y el mecanismo de reservas. Una historia de éxito», resaltó.

«El presente aún preserva mucho de eso, en términos de la influencia creciente de China, con buenas tasas de crecimiento, al igual que la India, con crecimiento económico, tecnología. Pero para los otros tres, Rusia, Sudáfrica y Brasil, esa historia no es la misma», advirtió. En el caso de Brasil, se trata menos de proyección, protagonismo, y mucho más la búsqueda de una política exterior que contribuya para las necesidades actuales del país.

«Brasil tiene ahora prioridades mucho más urgentes, más pragmáticas y más económicas. Entonces creo que tenemos que cambiar la política con los BRICS, para que sean un instrumento de dinamización de las políticas de algunos de sus miembros. Creo que el país clave en ese proceso es China», apuntó. El país precisa atraer inversión extranjera directa de China, y canalizar esa inversión no sólo para contemplar las necesidades de materiales básicos del país asiático, sino también en sectores que son prioritarios para Brasil.

«Precisamos estimular la participación de capitales chinos en concesiones de puertos, aeropuertos, rutas, en petróleo, gas, energía eléctrica, y en sectores en que Brasil tiene un potencial de competitividad y China puede traer un avance tecnológico», señaló. En la agenda de los BRICS, agregó, hay mucho por hacer en materia de cooperación técnica en áreas como salud, educación, tecnología, innovación, y eso es lo que interesa a Brasil en el próximo período.

Para Carlos Mussi, director de la oficina regional brasileña de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la institucionalidad construída por los BRICS en la primera década crea una base sólida para avanzar en diversas áreas. «Brasil luchó mucho, como también China, para crear una institucionalidad de los BRICS. China ha sido muy disciplinada en mantener la presidencia, las reuniones, dar todo su apoyo para garantizar la continuidad del grupo», señaló.

«Creo que la ventaja de los BRICS es esa institucionalidad, que abre un espacio de diálogo entre los países miembros. El impacto inmediato va dentro del flujo del movimiento de las relaciones internacionales en su conjunto. Por participar del BRICS, Brasil tiene un camino institucional mucho más definido en sus relaciones con China y otros países», remarcó.

En segundo lugar, hay que recordar que algunos productos del BRICS, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y el Acuerdo Contingente de Reservas, deben destacarse en momentos de crisis o bien de auge económico.

«Por ejemplo, en una fase de crecimiento económico, podemos esperar que el NBD crezca más rápido, es probable que la crisis no lo haya permitido, está creciendo pero a un ritmo menor», dijo.

«Lo ideal es que todos los miembros tuviesen dinero para colocar en el NBD para impulsar muchos proyectos. Por más que China haya tenido mucha buena voluntad, los otros países enfrentan dificultades. Y con relación al Fondo de Reservas, que podría ser utilizado cuando una crisis llegue al punto de encender una alarma, felizmente no llegamos a eso», apuntó.

Los dos instituciones, subrayó, muestran un grado de resultados de la trayectoria del BRICS en la promoción del desarrollo y una resiliencia mayor entre los países, y cada miembro está viendo cómo usar mejor los mecanismos creados.

«Ahora, es verdad que más recientemente, en cierta forma el BRICS quedó en medio de una serie de iniciativas de China, como la Franja Económica de la Ruta de la Seda, el Banco Asiático de Infraestructura, entonces la pregunta es cuál será el lugar de los BRICS», apuntó.

Para Brasil en particular, donde China ocupa desde hace más de una década el papel de mayor socio comercial, dio al país una inserción más favorable en la economía internacional.

«Lo interesante de la explosión de China en el comercio brasileño, especialmente en los recursos naturales, es que alteró drásticmente estructuras casi centenarias de comercialización. China quebró los monopolios de comercialización globales, y dio oportunidad a un fuerte crecimiento del agronegocio brasileño y de la minera Vale», recordó.

Según Mussi, Brasil está reestructurando su visión tradicional en las negociaciones internacionales, que era apostar por el multilateralismo, debido al debilitamiento del sistema multilateral en los últimos años.

«Lo que se esperaba era que, como consecuencia de ese proceso, hubiera en el mundo un foco mayor en los acuerdos regionales, pero con la vertiente proteccionista de Trump eso también cambió. Puede resurgir también el multilateralismo, puede surgir el bilateralismo, ganar importancia iniciativas específicas como el propio BRICS», señaló.