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Los camioneros podrán salir de la autopista: “Ya no seremos rehenes de los CDR”

“Ya no seremos rehenes de los CDR”. Así de contundentes se han manifestado desde la asociación de las pymes de los transportistas, Fenadismer, tras conocer que la Generalitat de Cataluña no ha tenido más remedio que ceder. Las presiones de las asociaciones de transportistas han dado sus frutos y los responsables catalanes han accedido a levantar la prohibición para que los camiones puedan circular por la N-II y así evitar quedar bloqueados en la autopista AP-7 por los independentistas violentos.

Sin embargo, no las tienen todas consigo ya que la orden transmitida por la Generalitat se limita a autorizar esta circulación “cuando la situación obligue a tomar esta decisión”. Fenadismer se queja de que no se dice claramente cuándo, cómo ni quién tomará esa decisión, que llega casi un mes después de iniciarse las movilizaciones por la sentencia del procés y tras la solicitud que llevó a cabo Fenadismer el pasado 17 de octubre a la Dirección de Transit de Cataluña para que levantara esta prohibición. Entienden que se habría evitado el bloqueo de miles de camiones en la AP-7 por las movilizaciones independentistas. La patronal lamenta también que el Ejecutivo catalán haya “tardado casi un mes en reaccionar frente a esta situación”.

La restricción que obliga a los camiones de gran tonelaje a circular por las autopistas de peaje está en vigor desde abril de 2013 en Gerona y desde septiembre de 2018 en el resto de provincias catalanas. Según Fenadismer, esto ha convertido a los transportistas en auténticos “rehenes” de las movilizaciones que se han venido llevando a cabo en Cataluña.

Hasta 20.000 camiones circulan cada día por la AP-7 en ambos sentidos de la frontera de La Junquera., cuyo bloqueo habría costado pérdidas directas a los transportistas por valor de más de 100 millones de euros, según ha valorado la Asociación del Transporte Internacional por carretera (Astic) por falta de facturación y cargas, rotura de rutas logísticas y daño comercial a los clientes. Pero eleva hasta 500 millones el impacto en todos los sectores.