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Los principales riesgos de los créditos rápidos

Este funcionamiento, según confirma Iván Metola, CEO de indemniza.me, es común en casi todos los casos. Sin embargo, esta elevada cantidad de intereses a la que se tiene que hacer frente no suele ser detectada por los clientes, ya que estos “combinan intereses muy elevados con cuotas de devolución muy bajas”, explica Metola.

¿Por qué son considerados abusivos muchos de estos préstamos?

Precisamente estas cuotas tan bajas son las que generan en el cliente una enorme sensación de comodidad. Una comodidad que, sin embargo, esconde un enorme riesgo que se materializa en que “prácticamente no se amortice capital, a pesar de pagar puntualmente las cuotas”, alerta Iván Metola.

Esto, unido a la frecuente falta de transparencia que suele acompañar a la concesión de estos préstamos, hacen que el cliente no sepa realmente a lo que se enfrenta con su contratación. Se trata de una situación tan gravosa para el consumidor que el Tribunal Supremo ha tenido que tomar cartas en el asunto, “calificando de usura la operación por la que se conceda un préstamos con unos intereses por encima del doble del precio considerado como normal”.

Algunas recomendaciones a tener en cuenta

Lo primero que recomienda Iván Metola a los clientes de este tipo de créditos es que se aseguren de conocer “qué cantidad de capital amortizarán con el pago de las cuotas que van a ir abonando, de forma que puedan saber de antemano cuándo podrían terminar de devolver el crédito y cuál sería su coste total”.

También es importante leer con atención cada una de las cláusulas del contrato, porque en ellas pueden incluirse comisiones inesperadas. Por ejemplo, “por capitalización de intereses, por posiciones deudoras o por intereses de demora”. Asimismo, si éstas no se han expresado con suficiente claridad por parte de la empresa o entidad, podrán considerarse abusivas.

Siguiendo estos consejos y actuando con cautela en la medida de lo posible (teniendo en cuenta que casi siempre estos préstamos se solicitan por urgente necesidad económica), se conseguirá no caer en la trampa y no sufrir sus consecuencias. Entre ellas, destaca el imparable aumento de la deuda si esta no se salda a tiempo. Pero también puede ser verdaderamente perjudicial para el consumidor terminar siendo incluido en los que se conocen como ficheros de morosos.

¿Qué son los ficheros de morosos?

Pueden definirse como los registros en el que las empresas acreedoras incluyen a los deudores, habitualmente cuando estos acumulan un mínimo de tres impagos consecutivos.

Desde salgadelfichero.com, Antonio Ibáñez recuerda que ser incluido en un fichero de morosos puede tener negativas consecuencias. Por ejemplo, “la dificultad para acceder en el futuro a otros créditos o para contratar determinado tipo de servicios, como pólizas de seguros”. Además, añade, “esa inclusión en los ficheros puede suponer también un importante daño reputacional”.

La pregunta al respecto es clara: ¿cómo evitar ser incluido en estos ficheros? Y, si ya se nos ha incluido, ¿cómo podemos exigir que retiren de ellos nuestro nombre? En este sentido, Ibáñez apunta que, antes de ser incluidos en los ficheros de morosos, los deudores recibirán una requerimiento con la advertencia. “Si es posible, lo mejor es saldar la deuda en ese momento, para evitar la posterior inclusión”. A menos, claro está, que no se tenga la voluntad de devolver el dinero por considerarse el crédito abusivo en parte o en su totalidad.

Este es, de hecho, uno de los argumentos que se pueden esgrimir para exigir que borren nuestros datos de los ficheros de morosos. A él se añaden, según Ibáñez, dos supuestos más: “que no se haya enviado el correspondiente aviso o que la deuda tenga más de 5 años de antigüedad”.

Para solicitar la retirada de nuestro nombre de los ficheros habrá que presentar una demanda judicial con la correspondiente reclamación.