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Los riesgos de dejar un trabajo sin tener otras alternativas a la vista

Por muy desesperado que uno pueda llegar a estar en su empresa –el ambiente laboral es irrespirable, el jefe desprende malos modales por los cuatro costados, la explotación es máxima, etc.–, debemos mantener la cabeza fría antes de decidirnos a tirarlo todo por la borda. El 44% de los españoles ha dejado su empleo alguna vez en su vida laboral sin tener otras opciones confirmadas. Unas malas condiciones laborales (32%) son la principal razón, seguidas de un mal ambiente laboral y el desacuerdo con la filosofía de la empresa (28%), según la «Guía Hays 2020». Los expertos aconsejan contar con un «plan B» antes de dar este paso y tener muy presente que cuanto más nos alejamos del mercado laboral, más difícil es volver a éste.

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Ovidio Peñalver, socio director de Isavia Consultores, aconseja que, en caso de que la situación nos esté afectando en lo emocional hasta el punto de «somatizar» nuestro malestar en el trabajo, y si además creemos que las cosas no van a cambiar en la empresa, lo sensato es abandonarla. «Lo insensato es que el trabajo nos esté robando la salud», añade Peñalver. A pesar de todo, antes de dar ese paso, este experto aconseja valorar otras opciones. Lo primero es analizar las causas de nuestro malestar. Puede ser una mala relación con el jefe, que estemos desmotivados o estresados. Ante estas circunstancias, aconseja hablar con la empresa, pero con «asertividad». Siempre existe la opción de que nos cambien de departamento, de tareas, incluso podemos pedir una reducción de jornada si eso arregla nuestra situación. Pero si nuestras demandas caen en saco roto, lo más probable es que «estemos ante una empresa “inhumana”, que solo mira a corto plazo», opina Peñalver.

Dar el paso de dejar un trabajo depende también de la situación económica de cada uno. Puede que el dinero no dé la felicidad, pero sí muchas satisfacciones. «Obviamente si vas sobrado de dinero nunca sería un disparate dejar la empresa. En cualquier caso, lo mejor es tener una alternativa amarrada, por ejemplo volver a estudiar», afirma Peñalver.

Cada vez hay más empleados que se arriesgan a dejar su trabajo sin tener otras alternativas laborales a la vista. Salvador Sicart, director de Hays en España, afirma que la situación actual es muy distinta a la de hace ocho años, cuando España se encontraba inmersa en una recesión económica, de la que todavía muchos siguen sufriendo los coletazos. «En los últimos años ha habido un cambio de tendencia. En los peores momentos de la crisis, un porcentaje muy pequeño habría dejado su empleo sin tener otras alternativas laborales, y sin embargo ahora está dispuesta a arriesgar. Aunque tengamos en ciernes una desaceleración económica, están aumentando los proyectos personales. Cada vez son más los trabajadores que se acogen a una excedencia y aprovechan para viajar o colaborar con una ONG». En condiciones normales, este experto aconseja no dejar un trabajo sin tener otro: «Las empresas no ven bien que estemos tanto tiempo sin trabajo, sobre todo en determinados perfiles».

Análisis DAFO

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Si a pesar de los riesgos que entraña dejar un empleo, estamos decididos a dar el paso, Roberto Luna, catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Valencia, recomienda hacer un análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). «Se trata de hacer una instrospección para comprobar el grado en que nuestras competencias profesionales tienen actualmente valor en el mercado, si podemos movernos con éxito en otros sectores con mayor empleabilidad. Debemos valorar las amenazas y oportunidades que nos ofrece el entorno, el nivel de empleabilidad que tenemos. Las debilidades y fortalezas están relacionadas con nuestras competencias. Debemos analizarlas ante las oportunidades o amenazas exteriores. Por ejemplo, un informático tiene puntos fuertes ante un sector crecientemente tecnológico. De este modo podemos ver el grado en que, según el entorno y mis competencias, debería formarme».

Este experto nos recuerda que es importante darse una oportunidad en la vida en aquello que pensamos que es nuestra pasión. «No se trata de una decisión alocada sino importante que puede afectar a nuestra vida completamente. Todo riesgo enmascara una oportunidad, me atrevo con algo en lo que tengo posibilidades de triunfar. Significa muchas veces dejar la comodidad de un empleo más o menos estable por algo que puede significar una pasión o que dé sentido a nuestra vida. Por lo tanto, hay mucho que ganar con el cambio».

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La «Guía Hays 2020», recoge que el 47% de los trabajadores se siente desmotivado en su trabajo actual, un porcentaje mayor al 42% que decía sentirse así en la edición de 2019. Canalizar esa desmotivación no siempre es fácil, por eso cuando una persona se encuentra en una situación profesional muy negativa para ella, impactando de hecho en cuestiones personales, de salud o de valores, es aconsejable que deje su posición actual para buscar una alternativa profesional más positiva para esa persona. Así lo cree Natalia March, directora de operaciones de LHH Grupo Adecco. «Se puede perfectamente dejar un puesto de trabajo para buscar otra alternativa profesional. Al final, encontrar un trabajo representa un trabajo en sí y, por tanto, se necesita tiempo para invertir en este proyecto». En este largo camino, March recomienda comunicar al exterior nuestra apertura o disponibilidad para el cambio.

Animales de costumbre

Dejar un trabajo voluntariamente lleva un riesgo asociado en forma de diferentes caras, explica Raul Herrero, director en Robert Walters. Tiempo en volver a encontrar uno nuevo, que el rango salarial y beneficios se adecúe al que tenía en el anterior, que llevara mucho tiempo en el puesto y no esté actualizado para acometer un reto diferente en una empresa distinta, que el trabajo esté en un lugar de residencia que no es el actual, o que la distancia sea muchísimo mayor de la que recorría antes. «Pensemos que somos animales de costumbres, y cuando nos sacan de la situación de confort muchas veces no sabemos cómo actuar. Nuestros jefes, entorno, compañeros, forma de hacer las cosas, operativa del día o día, son los factores a los que nos cuesta adaptarnos. Por eso saltar al vacío sin red suele ser peligroso, aunque la suerte siempre existe».

Si queremos arriesgar, Herrero aconseja hacerlo con una planificación. «Hay que estudiar la coyuntura económica y si el mercado está o no contratando, porque si no, nos podemos arrepentir. Si vas a arriesgarte asegúrate que cuentas con las mejores cartas sobre la mesa».

También existen perfiles que su ética no les permite estar trabajando y buscando un nuevo proyecto. «Éstos son los que mayoritariamente dejan su trabajo sin tener nada a la vista», concluye Herrero. A éstos les recuerda que buscar trabajo, es un trabajo, requiere disciplina y rigurosidad, y es muy fácil decaer por la velocidad en la no encontramos el nuevo proyecto.

A la hora de dar el salto profesional, Roberto Luna aconseja hacerse las siguientes preguntas:

¿Este proyecto tiene que ver con mi pasión, con mi afición, con algo que me gusta o que da sentido a mi vida? ¿Conozco suficientemente el tema concreto como para meterme? ¿Tengo lo que denominamos los mapas mentales de esta actividad, bien por experiencia, bien porque estoy formado o he leído e investigado mucho?¿Tengo claro cómo podría aterrizar a la realidad este proyecto?¿Qué objetivos concretos implicaría, qué recursos, qué personal, etc.? La última que no menos importante pregunta a hacernos sería: ¿Me atrevo en realidad a dar el paso?¿Tengo la autoconfianza, el coraje, el valor para arriesgarlo todo?

la parte más emocional, la que de verdad hace que cualquier nuevo proyecto funcione a base de persistencia y pasión. largo camino que se recorre para conseguir un empleo, March recomienda comunicar al exterior nuestra apertura o disponibilidad para el cambio. Hay perfiles que su ética no les permite estar trabajando y buscando un nuevo proyecto. “Estos son los que mayoritariamente dejan su trabajo sin tener nada a la vista”, explica Raul Herrero, Sales&Marketing de Robert Walters. dinero a ella, invertir y gestionarlo para obtener el mayor rendimiento. No cabe duda de que las tecnologías han acelarado los procesos y las comunicaciones en el mercado inmobiliario, comodidas que acercan a un sector que antes parecía mucho menos simpático.Quam simorae cone nonfes acrei imus, Ti. Si tis, nulintem qua L. mors ocuterdium