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Madrid, capital europea de la energía solar

Radicales Libres

La ciudad de Madrid, vapuleada y esquilmada durante más de dos décadas de gobiernos del PP, ha empezado a disfrutar de una hermosa primavera desde 2015.

Para el Partido Popular las administraciones públicas, y particularmente el Ayuntamiento de Madrid, se habían convertido en un lugar de donde extraer enormes plusvalías para sus amiguetes a costa del deterioro de los servicios de los madrileños, de los derechos y salarios de los trabajadores que tenían que realizar esos servicios. Generaron un enorme endeudamiento, que lastraba la capacidad de afrontar las inversiones que realmente necesita nuestra ciudad.

El equipo de Manuela Carmena ha hecho mucho trabajo en la penumbra durante estos dos años cuyos resultados ahora estamos empezando a ver, y disfrutar, los madrileños.

Las restricciones presupuestarias que ha sufrido el Ayuntamiento de Madrid debido a las herencias de la nefasta gestión de Gallardón y Botella, y el cerco fiscal al que le ha sometido Montoro, no han permitido desarrollar más iniciativas, pero ahora es el momento de empezar a pensar qué ciudad queremos seguir construyendo a partir de 2019: Madrid, la capital europea de la energía solar.

Las ciudades son verdaderos sumideros de energía, representan el 75% de la demanda total. Sin embargo cada vez más ciudades están apostando por incentivar la producción de energía eléctrica a escala local, ya que es una estrategia que crea valor añadido local, que garantiza el suministro eléctrico e incrementa el ahorro al reducirse sustancialmente las pérdidas en la red de distribución. ¿Donde se puede producir energía en Madrid?

Azoteas solares

Miles de azoteas de los edificios de nuestra ciudad pueden convertirse en un rentable negocio de producción de energía eléctrica limpia (en Lisboa la evaluación del potencial solar de la ciudad estimó que el 28% de los tejados eran ideales para la instalación de tecnología solar, estudios similares se han hecho en Múnich, Lyon, París, Malmö), que además supondría una aportación de dinero contante y sonante para las comunidades de propietarios, esto es, para los vecinos.

Madrid tiene 2.909 horas de sol al año, somos la capital europea con mayor insolación. Sin embargo, la energía fotovoltaica instalada en España solo cubre un 3% de la demanda de electricidad mientras que en Alemania, con muchas menos horas de sol al día, cubre el 7,3% de su demanda de electricidad (Berlín solo tiene 1.613 horas de sol al año). La falta de impulso de las administraciones públicas a la energía solar en nuestro país, cuando no su consciente boicot como sucedió con la modificación de las primas a las energías renovables, ha lastrado la capacidad de impulso de un sector que aúna desarrollo económico y sostenibilidad.

El Ayuntamiento de Madrid cuyo presupuesto, 4.702 millones de euros, representa el 0,42% del PIB de nuestro país puede ser un agente activo del Estado Emprendedor, que reclama Mariana Mazzucato. El impulso a la energía fotovoltaica no solo permite enfrentarnos con éxito al cambio climático, sustituyendo fuentes de energía provenientes de combustibles fósiles por energías renovables, también es una oportunidad de generar riqueza transformando nuestro modelo productivo.

En numerosas ocasiones las comunidades de propietarios no afrontan las inversiones necesarias para instalar placas solares en sus azoteas por falta de crédito. Pero la situación cambiaría si una empresa municipal destinada al impulso de la energía fotovoltaica, dotada con suficiente músculo financiero, ofreciera a las comunidades de propietarios un plan de instalación de placas solares sin ningún desembolso para los vecinos, que solo generará beneficios: globales y particulares. De esta forma el impulso de la energía solar fotovoltaica en Madrid sería fruto de la sinergia de decisiones altruistas tomadas por parte de la administración pública, pensando en el interés general a largo plazo, en la lucha contra el cambio climático, y de miles de decisiones micro tomadas por los vecinos desde la pura rentabilidad económica.

La gestión pública de este ambicioso proyecto de impulso de la energía solar en Madrid permitiría que el flujo de energía eléctrica limpia generado por miles de azoteas se canalizara a las propias demandas de energía eléctrica que tiene una urbe como nuestra ciudad, en primer lugar la que requiere la red de Metro de nuestra ciudad, pero no hay que quedarse ahí.

Madrid tiene, gracias al CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas del Mº de Economía), a los numerosos centros de investigación de las universidades públicas y a una elevada densidad de consultoras privadas especializadas, la mayor concentración de científicos y tecnólogos sobre energía solar de toda España, utilicémoslos en beneficio de todas y todos.

Iniciativa de política industrial

Una empresa pública municipal también podría ser un agente activo de política industrial, que convirtiera a la fábrica de automóviles instalada en el distrito de Villaverde en el referente europeo para fabricación de vehículos eléctricos del grupo automovilístico PSA, que desarrollara en su entorno más cercano un parque de proveedores especializado en tecnología eléctrica e híbrida.

Ello debería estar enmarcado en un ambicioso PIVE-eléctrico municipal: un plan de renovación de automóviles específicamente dirigido a la compra de coches eléctricos por parte de la EMT, el sector del taxi, las empresas de vehículos de alquiler y las empresas de transporte urbano de mercancías. También sería necesario poner en marcha un amplio programa de instalación de “fotolineras” en nuestra ciudad, las propias paradas de taxis podrían convertirse los primeros lugares de recarga “rápida” generalizados en Madrid.

Pensemos en un Madrid del futuro, con miles de placas solares instaladas en nuestras azoteas y conectadas mediante una empresa municipal a las redes de demanda eléctrica del propio Ayuntamiento. Pensemos en las sinergias que un organismo público municipal puede generar entre las capacidades tecnológicas de nuestras universidades y las capacidades industriales de las grandes fabricas instaladas en los alrededores de Madrid (la de PSA de Villaverde, la de Airbus de Getafe). Ello supondría un inestimable compromiso con nuestro planeta, pero también con los miles de jóvenes que buscan empleos de calidad en Madrid y con nuestros vecinos, ofreciéndoles una energía más barata y más limpia.

Aprovechemos el sol de esta hermosa primavera que Manuela Carmena ha traído a nuestra ciudad.

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