Gracias al apoyo de España, al invertir los flujos en el gasoducto Magreb-Europa (GME), cerrado unilateralmente por Argelia, Marruecos ha logrado la operatividad de dos de sus centrales eléctricas. Se trata de las centrales de ciclo combinado de Tahaddart y Aïn Béni Mathar aque están utilizando gas natural licuado (GNL) importado del mercado internacional.
«Con un coste de 4.600 millones de dirhams (418 millones de dólares), la central eléctrica de Aïn Beni Mathar fue construida por una reconocida empresa española y su financiación provino de fondos propios de la ONEE, el Banco Africano de Desarrollo (AfDB), el Instituto de Crédito Oficial (ICO) de España y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF)”, ha declarado a Le360 Eddine Fetian, director central de producción de la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE).
A nivel ambiental, continúa Fetian, la ONEE realizó, como parte del proyecto de construcción de la planta, un estudio de impacto ambiental. La planta fue diseñada para optimizar el consumo de gas natural y minimizar el impacto sobre el medio ambiente.
Esto implica el uso de tecnología de ciclo combinado de gas natural, el cumplimiento de los requisitos ambientales nacionales e internacionales (Banco Mundial y Unión Europea) en cuanto a vertidos gaseosos, vertidos líquidos y ruido, tecnología de vertido líquido cero (todos los vertidos líquidos de la planta son tratados y recuperada en balsa de evaporación sellada), así como el uso de tecnología de refrigeración seca (aerocondensadores) para reducir el consumo de agua de 5,4 millones de m3 a 850.000 m3 al año (es decir, un ahorro del 80%).
Para su funcionamiento, la planta utiliza gas natural. En cuanto a la integración de la tecnología solar, permite una reducción del consumo de combustible de 12.000 t/año, o unas 33.500 t/año de emisiones de CO2 evitadas.
