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Medio billón en créditos

Las empresas españolas, en los últimos años, han hecho un importante esfuerzo de reducción de su endeudamiento. Si en 2013, debían a los bancos 719.180 millones, a finales de 2019 esa cifra se había reducido hasta los 534.773, según los últimos datos del Banco de España, actualizados hoy mismo. Es decir, un desapalancamiento –descenso del endeudamiento- del 25%, que contrasta con el incremento en ese mismo periodo de la deuda pública, que pasó 950.000 millones en 2013, a los actuales 1,2 billones de euros, un 26% más. A finales de 2019, antes de la explosión de la crisis del coronavirus, la morosidad financiera de las empresas españolas estaba muy controlada. Apenas un 5% de esos 534.773 millones de créditos estaban considerados como “dudosos”, ni tan siquiera morosos. Es un porcentaje bajo y en términos absolutos suponía una cantidad 28.911 millones de euros, la más baja en un decenio. El endeudamiento de las empresas españolas, por sectores, está encabezado por la industria, que tenía concedidos créditos por valor de 103.727 millones de pesetas. Es algo lógico, ya que las inversiones en el sector industrial –bienes de equipo, maquinaria, principalmente- suelen ser mayores que en otros. No obstante, a continuación aparece el sector “inmobiliario”, con un saldo de financiación viva de 88.149 millones de euros. Les seguían, por este orden e importes: Comercio (79.179 millones en créditos), Intermediación financiera no bancaria (64.780), Transporte (34.007), Construcción (28.013), Hostelería (26.951) y Agricultura (21.478). Además, bajo el epígafre de “otros servicios”, un cierto cajón de sastre, hay registrados créditos a las empresas por importe de 90.537 millones.

El desglose de los 28.911 millones de créditos considerados dudosos está encabezado por el sector del Comercio (6.497 millones), seguido por la Industria (5.603), Inmobilario (4.616), Construcción (3.047), Hostelería (1.551), Transporte (1488), Agricultura (1.921), Intermediación financiera no bancaria (137) y Otros Servicios (4.680). La deuda de las empresas es, obviamente, abultada, pero la situación es mejor que cuando llegó la Gran Recesión de 2008. Lo que ahora demandan muchas de esas empresas, pero sobre en el sector de la hostelería y también la industria y el comercio, son moratorias en el pago de esa financiación ya que, de repente, un sin número de compañías se han quedado sin ingresos y dependen exclusivamente de la liquidez que tuvieran.

Por otra parte, e acuerdo con la muestra trimestral de la Central de Balances del Banco de España, la actividad de las sociedades no financieras –empresas- perdió dinamismo en 2019, lo que se tradujo en una desaceleración de la creación de empleo. Sin embargo, la elevada entrada de dividendos favoreció un aumento de los beneficios ordinarios, y con ello crecieron también los niveles medios de rentabilidad ordinaria. Además, los costes de financiación siguieron disminuyendo, lo que permitió que el diferencial entre la rentabilidad del activo y este indicador se ampliase de nuevo. Por otro lado, la evolución de los ingresos y los gastos atípicos influyó negativamente en el resultado del ejercicio, provocando un descenso notable del excedente final. Las ratios medias de endeudamiento, tanto la que se expresa en relación con el activo como la que se calcula con respecto a los excedentes ordinarios, siguieron reduciéndose en 2019. También disaminuyó de los beneficios destinada al pago de intereses, que se situó en mínimos históricos.