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Otro contratiempo para Boeing: una pieza del 737 Max puede provocar un fallo de los motores

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El regulador obliga a las a inspeccionar este componente antes de que los aviones vuelvan al servicio

A medida que transcurre el tiempo y las inspecciones al Boeing 737 Max se hacen más exhaustivas, las deficiencias del aparato se multiplican. La última conocida, un problema con una pieza que tiene el potencial de provocar el fallo de sus motores. Según informa Reuters, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ha propuesto que las aerolíneas completen antes de volver a poner en servicio los 737 Max las inspecciones de un componente clave que podría hacer que los aparatos sean vulnerables a los golpes de iluminación y a las interferencias de transmisores de radiofrecuencia de alta potencia.

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Boeing emitió el pasado mes de diciembre un boletín de servicio en el que explicaba los procedimientos a seguir para realizar inspecciones detalladas y las reparaciones o el reemplazo, si fuera necesario, de los paneles de la parte superior de la carcasa de los motores, que pueden no garantizar un blindaje adecuado del cableado interior. La compañía dio entonces un plazo de seis meses a las compañías para completar las inspecciones y las reparaciones necesarias de la pieza. Sin embargo, la FAA ha instado ahora a que los aparatos no vuelen sin que esas revisiones se hayan realizado ante la posibilidad de “un fallo de causa común en ambos motores”. Los aviones que podrían estar afectado por el problema son los construidos entre febrero de 2018 y junio de 2019. El fabricante se ha mostrado de acuerdo con la petición de la FAA.

Según el regulador, los paneles podrían exponer el cableado interno a interferencias potencialmente inseguras “induciendo señales espurias que podrían causar una pérdida de control del empuje del motor”. La agencia estima que son 128 los aviones afectados por el problema, cuyos costes de reparación asumirá Boeing como parte de la garantía que tienen los aviones.

Cúmulo de problemas

Boeing suma así un nuevo problema al largo historial que ya arrastra el 737 Max, el tierra desde marzo del año pasado tras dos accidentes mortales en Indonesia y Etiopía en los que perecieron 346 personas. La compañía sigue trabajando en los problemas del software del sistema de estabilización de vuelo que provocó ambas catástrofes. En este caso, tanto la FAA como el resto de reguladores mundiales parece que están de acuerdo en cuáles son los problemas a solucionar. El fabricante con sede en Chicago también tiene pendiente otro problema en la cola del avión. Una inspección detectó que algunos paquetes de cableado estaban demasiado cerca y podían provocar un cortocircuito de consecuencias catastróficas. Boeing asegura que no necesita introducir cambios en el cableado, propuesta que la FAA está todavía estudiando. La semana pasada también trascendió que Boeing ha dado órdenes de inspeccionar las unidades del 737 Max que aún no han sido entregadas a clientes tras haberse encontrado objetos extraños dentro de varios depósitos de combustible.

En paralelo a la aparición de problemas, las aerolíneas ha ido retrasando paulatinamente el calendario de la vuelta al servicio del 737 Max. Ninguna compañía espera que vuelvan a estar operativos para la temporada de verano. United Airlines, por ejemplo, no tiene prevista la reincorporación del modelo hasta el próximo 4 de septiembre, mientras que Southwest, la empresa estadounidense que operaba el mayor número estos aviones, lo hará el próximo 10 de agosto. Los cálculos más optimistas aseguran que el avión no realizará el vuelo de prueba necesario para su recertificación hasta finales de abril.