Al principio del segundo trimestre del año, los países de la Unión Europea deben enviar a Europa sus Programas de Estabilidad, para poder realizar una estimación de los ingresos fiscales y el déficit público prevista en los siguientes años a través de la elaboración de un cuadro de previsiones.
En el cuadro de previsiones se estima el PIB, el empleo y el aumento de la productividad, que es el PIB dividido por el número de trabajadores activos que tiene el país en cuestión. Por otra parte, debemos considerar que la productividad por trabajador va a determinar los salarios futuros de España.
Nos podemos preguntar: ¿Por qué la productividad en España funciona al contrario del resto de economías mundiales?
La productividad por hora trabajada se reduce en España
El Programa de Estabilidad de España se puede ver que la productividad por hora trabajada se va a reducir más del 1 por ciento durante los siguientes 3 años. La reducción parece mínima per lo que debe pasar es que aumentará el 1 por ciento anual, y más si queremos incrementar los sueldos, las pensiones, y presupuestos en sanidad o educación.
La crisis, que se inicio en 2008, ha dejado paso a la crisis política y en 4 años de crecimiento de empleo, por las políticas expansivas del Banco Central Europeo (BCE), para que dejemos de hablar de economía.
A nivel global se está viviendo una revolución tecnológica y, por tanto, la reducción de la productividad puede indicar que las empresas en España no se están adaptando a esta transformación digital.
La baja productividad se concentra en las empresas de menos de 10 empleados
España es un caso excepcional a nivel mundial, donde el crecimiento de la productividad es anticíclico. Eso quiere decir que en las fases de expansión la productividad se estanca o reduce y en las fases de recesión se incrementa por la destrucción de empleo.
La productividad en España tiene un comportamiento doble y lo determina el tamaño de la empresa. En las empresas de más de 50 trabajadores tienen niveles de productividad parecidos a las empresas de la Unión Europeo, ya que son empresas que adaptan a la transformación digital.
El problema es que un porcentaje inferior del total de empresas que en los países que tienen más renta per cápita. La baja productividad en España se concentra en las empresas de reducido tamaño, en aquellas empresas menores de 10 empleados que suponen alrededor del 90 por ciento y que tienen un nivel inferior a la productividad de las empresas europeas.
Otro factor, los empresarios en España tienen poca cualificación, comparando con la medía de las empresas de Europa, en España es de los países que menos invierte en formación y en capital humano.
La inversión de I+D+i bajo mínimos en España
Las organizaciones de empresarios se lamentan y echan las culpas a los gobiernos que pasan por la Moncloa. España necesita un plan estratégico para salir del bucle de que inventen otros, y se necesita que las empresas cooperen entre ellos.
Desde 2004 hasta 2011 los gobiernos del PSOE triplicaron la inversión pública en I+D+i. Los siguientes gobierno del PP redujeron la inversión en un 70 por ciento. El año pasado, con un nuevo gobierno del PSOE, pero con presupuestos del PP, la inversión pública en I+D+i alcanzó los niveles del 2000.
En las comunidades autónomas los ajustes, que redujeron el déficit en 2012, afectaron directamente al I+D+i y gran parte de las instituciones para fomentar la innovación empresarial tienen pocos recursos.
Durante el anterior gobierno el ICO creo el fondo de inversión Axis, un fondo de inversión que ha invertido 2.000 millones de euros en gestoras de capital riesgo que ayudar a empresas a nacer, crecer e incrementar sus tamaño.
Por otra parte, el Banco Europeo de Inversiones ha creado el fondo de inversión FEI que invierte en empresas en crecimiento: La tendencia mostrada por estos dos fondos de inversión se debe potenciar mucho más.
España tiene las condiciones para crear un gran ecosistema de start ups europeas
Durante la crisis se ha fomentado en España un ecosistema de start up, ya que en España se tienen condiciones climáticas, conectividad, capital humano y salarios competitivos atractivos para atraer a nómadas digitales que desarrollen aquí sus negocios y creen trabajos de calidad.
Las condiciones están, pero se está dando poca difusión a la reducción de la productividad, que los españoles no ven que estamos en un gran problema. Tampoco ha sido una prioridad para los diferentes partidos políticos, aunque siempre estén vendiendo grandes inversiones en innovación, pero ninguno de ellos tiene un plan estratégico que necesita España.
España es una economía con gran endeudamiento exterior, con la mayor deuda pública, el mayor déficit público estructural y una población envejecida. Nos tenemos que tomar en serio ya la innovación, hacer un plan y ejecutarlo en brevedad, o los salarios seguirán en una tendencia precaria y el estado de bienestar se verá gravemente perjudicado.
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