El coste de los principales ingredientes para elaborar una tortilla de patata con aceite de oliva virgen extra se multiplica por siete desde el campo a la mesa, según los datos del Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos (IPOD) de septiembre que registra cada mes la organización agraria COAG.
Por un lado, el aceite de oliva virgen extra duplicó su precio desde la cotización en el campo hasta el precio de venta al público, lo que significa que pasó de una cotización de 2,04 euros por kilo en origen a venderse en las tiendas a una media de 4,05 euros por kilo. En la misma línea se encuentran las cebollas, que han alcanzado un precio en los supermercados casi siete veces superior a la cantidad que reciben los agricultores encargados de la producción y cuidado de esta planta. Así, el precio de la cebolla por kilo en origen pasó de 0,19 euros y a los 1,51 euros a que se vendieron en las fruterías.
Otro de los productos que se suma a esta revalorización de la tortilla española es el precio de las patatas, que se multiplicó por seis. Pasó de tener un precio de 0,19 euros en origen a 1,15 euros en el punto de venta al público, es decir, un 505% más. Por su parte, los huevos aumentaron su precio un 57% desde el precio que percibió el ganadero en la granja (0,89 euros por kilo) hasta el que pagaron los consumidores en las tiendas (1,40 euros por kilo).
La tremenda diferencia entre los precios en origen y los de venta al público es una de las razones que llevaron ayer a 10.000 olivareros de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia, La Rioja y Cataluña a manifestarse por las calles de la capital española. El colectivo reclamó unos «precios justos» en el sector olivarero y el desarrollo de ciertos instrumentos regulatorios para que «no se arruinen», explicaron desde las Cooperativas.
El secretario general de COAG, Miguel Blanco, denunció que «la industria envasadora especuló con los precios por sus propios intereses, manipulando los precios y las cantidades sin un control por parte de la administración pública». A esta situación también se suman, según el sector, las prácticas comerciales desleales de las cadenas de distribución, que utilizan el aceite de oliva como producto reclamo, «tirando por tierra la imagen de un producto de excelencia y participando de la tendencia a la baja de los precios» en origen, argumentaron. Y es que el aceite de oliva ha sido una de las rúbricas del IPC que ha experimentado un mayor descenso de precios en tasa interanual, concretamente un -16,5%. Por su parte, las patatas y sus preparados atienden al colectivo que más ha bajado su precio en septiembre, hasta un 3,4% menos que el mes anterior.
Estos datos llegan después de la intención por parte de EE UU de imponer aranceles a productos comunitarios, entre los que se vería especialmente afectado el producto nacional español del aceite de oliva virgen. Por ello, desde Cooperativas Agroalimentarias han solicitado una reunión con la presidencia del Consejo de la UE, el próximo 14 de octubre, para buscar una «respuesta contundente» a este conflicto y poder, en la medida de lo posible, solventar algunas de las peticiones de los oliveros. En detalle, el consejero de Cooperativas Agroalimentarias, Ramçón Armengol, ha explicado que «reclamará un paquete de ayudas para apoyar a los sectores afectados entre los que se encuentran el del aceite de oliva, el vino, la aceituna de mesa, los quesos, las frutas y hortalizas y el porcino».
