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¿Qué es la Beta de las acciones y cómo puede usarse para valorar el riesgo?

Una de las métricas más utilizadas para analizar el riesgo de las acciones es la Beta o el coeficiente Beta (β). Se trata de una medida de la volatilidad de una acción en relación con el mercado o índice de referencia.

Para entenderlo, el mercado o el índice de referencia tiene una Beta de 1 y las acciones individuales se clasifican de acuerdo con cuánto se desvían del mercado.

Si una acción que oscila más que el mercado a lo largo del tiempo tiene una beta por encima de 1. Por el contrario, si una acción se mueve menos que el mercado, el coeficiente beta de la acción es menor que 1.

Ejemplificando, un valor con una Beta 1,63 significará que es un 63% más volátil que el mercado. Asimismo, un valor con Beta 0,8 sería 20% menos volátil que el mercado. Imaginemos que se espera que el mercado suba un 10%, e identificamos que un valor con una Beta de 1,3. Debido a que esas acciones son un 30% más volátiles, se esperaría una subida del 13%.

Luego existen casos aislados como el de Beta 0 que significa que la acción no se mueve y estaría «exenta de riesgo» y cuando es inferior a 0 indica una relación inversa al mercado: sube si el mercado baja y viceversa.

Las acciones con una Beta alta son más arriesgadas, pero ofrecen un potencial de rentabilidades más elevadas y aquellas que presentan una Beta baja son menos arriesgada pero también presenta un potencial de rentabilidades bajo.

Su cálculo

El cálculo de la Beta se forma a partir del numerador que es la covarianza del activo en cuestión, mientras que el denominador es la varianza del mercado. Estas variables que suenan complicadas son simples en su cálculo.

A continuación, se muestra un ejemplo de los datos que necesitará para calcular Beta:

  • Tasa libre de riesgo (típicamente bonos del Tesoro con al menos dos años).
  • Rentabilidad de valor en cuestión (generalmente de un año a cinco años).
  • La rentabilidad de su índice de referencia durante el mismo período que el valor.

Para mostrar cómo usar estas variables para hacer el cálculo de Beta, asumiremos una tasa libre de riesgo del 2%, la tasa de rentabilidad de nuestras acciones es del del 16% y la tasa de rendimiento del índice de referencia del 9%.

Empiece por restar la tasa de rendimiento libre de riesgo tanto del valor en cuestión como del índice de referencia. En este caso, la tasa de rendimiento de nuestros activos neta de la tasa libre de riesgo sería del 14% (16% – 2%). El mismo cálculo para el índice de referencia arrojaría un 7% (9% – 2%).

Estos dos números, 14% y 7%, respectivamente, son el numerador y el denominador de la fórmula Beta. Catorce dividido por siete arroja un valor de 2, y ese es el Beta de este valor hipotético. En promedio, esperaríamos que un activo con este valor Beta sea un 200% tan volátil como el índice de referencia.

Aprovechando la Beta para diseñar nuestra cartera

Entendiendo la Beta ya podemos sacarle provecho para estructurar nuestra cartera de inversión.

Debido a que acciones de Beta alta suben más que el índice de referencia cuando los mercados son alcistas y bajan más que el índice del mercado cuando los mercados son bajistas, una buena cartera incorporaría acciones de Beta alta cuando la perspectiva del mercado sea positiva y buscará agregar más acciones de beta baja cuando la perspectiva del mercado sea negativa.

También lo podemos valorar desde el perfil del inversor y el horizonte temporal de la cartera. Inversores con una baja aversión al riesgo o jóvenes con un amplio horizonte temporal de su cartera, serán menos sensibles a la alta volatilidad y buscarán mayores rentabilidades con acciones con altas Betas.

Perfiles muy conservadores o que quieren conservar su patrimonio porque el horizonte temporal de su cartera es muy corto, tenderán a declinar el riesgo y las acciones de la cartera reunirán una beta baja.