Inicio Actualidad Económica Retromobile: 700.000 euros por un Pegaso

Retromobile: 700.000 euros por un Pegaso

El auge de la afición a los coches antiguos que se vive no sólo en Europa, sino en general en casi todos los países más avanzados, se debe principalmente a que las nuevas generaciones de automóviles, técnicamente mucho más perfectos que los de hace décadas, no saben transmitir, sin embargo, el placer de la conducción pura y sus diseños, condicionados por los estudios en túneles de viento, son indudablemente más feos. Ferias como la de Retromobile, en la capital francesa, nos acercan a la historia de esta industria que fue tremendamente innovadora desde sus inicios.

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Cuatro pabellones del recinto ferial parisino se llenan en estos días de la belleza y el glamour de los coches más emblemáticos de todas las épocas. Fabricantes, organizadores de carreras, salas de subastas, comerciantes de compra-venta, suministradores de piezas, librerías especializadas, miniaturistas… un mundo donde el aficionado puede encontrar de todo. Pero sobre todo, automóviles de colección. Desde los ejemplares más raros y valiosos hasta los más asequibles, ya que una parte de la exposición estaba reservada a clásicos cuya factura no podía superar los 25.000 euros.

Sin embargo no eran esas las cifras que se barajaban en las tres grandes subastas que se celebraron en este largo fin de semana. Las casas Bonhams, RM Sothebys y Artcurial presentaron cada una más de un centenar de piezas de colección verdaderamente muy cuidadas y, con frecuencia, a precios astronómicos, como el excepcional Jaguar D Type de Le Mans cuyo precio estimado se situaba en unos siete millones de euros. O los dos excepcionales Pegaso, uno cubierto y otro descapotable, cuya valoración se situó por encima de los 700.000 euros.

Los español vende

La presencia española era corta, pero muy notable. El museo Torre Loizaga de Bilbao, una de las colecciones de Rolls Royce más importantes de Europa, se había desplazado con un magnífico ejemplar de Phantom II que fue muy admirado. Igual que el Rolls y el Hispano Suiza que, entre otras joyas, se encontraban en el pabellón de Coupé, el taller de restauración de la familia Pueche, uno de los negocios de compraventa más consolidados dentro del ambiente de los coleccionistas. Junto a ellos, los grandes especialistas europeos como Lukas Hunni, Gregor Fisken, Max Girardo, Simon Kidston…. En competencia para mostrar los modelos únicos de las marcas más exclusivas.

Los fabricantes con historia brillante en la industria del motor también estuvieron presentes. Especial significación tuvo el pabellón de Citroën, cuyo espacio principal estaba dedicado al medio siglo de existencia de uno de sus modelos emblemáticos: el GS. Presentado en el Salón del Automóvil Paris de 1970 y elegido Coche del Año en Europa al año siguiente, estuvo en producción durante 17 años y se fabricaron dos millones y medio de ejemplares, muchos de ellos en España. Sus formas aerodinámicas, su capacidad interior y su mecánica de vanguardia, sobre todo en el apartado de las suspensiones, hicieron de él un automóvil excepcional que ya se ha convertido en una pieza apreciada por los coleccionistas.