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Ruta comercial global y vínculos históricos entre China y España en pinturas de Vermeer

DETALLES MISTERIOSOS EN LA PINTURA

En la pintura «El militar y la muchacha» de Vermeer un oficial holandés se inclina para observar a una mujer sonriente. En otra de sus pinturas se ve a una mujer ante una ventana pesando monedas de plata.

El historiador canadiense y sinólogo Timothy Brook, profesor de la Universidad de British Columbia, interpreta el misterio «oculto» en estas pinturas en su libro «El sombrero de Vermeer».

Explica que el sombrero que lleva el oficial en «El militar y la muchacha» está hecho de piel de castor. Los exploradores europeos en ese entonces intercambiaban sus armas por piel de castor con los nativos americanos; los ingresos de la venta de piel de castor proporcionaron apoyo financiero a los marineros que buscaban una nueva ruta a China. En el país asiático, los europeos compraron miles de porcelanas con la plata extraída en las minas peruanas. La porcelana entró en Europa desde China y se convirtió en el elemento más íntimo de las pinturas holandesas de este período.

INTERCONEXIÓN COMERCIAL

La Ruta de la Plata comenzó con la Nao de China, también llamada Galeón de Manila, una célebre línea mercantil que protagonizó el intercambio entre países y fue pionera en el comercio entre Asia, América y Europa.

En 1565 el galeón San Pablo, bajo el liderazgo de los españoles Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta, llegó al puerto de Acapulco en México desde Manila, lo que inició la ruta transpacífica, que también recibe el nombre de Ruta de la Plata, conectando Asia y América. Desde entonces los dos continentes se interconectaron con mayor frecuencia, creando necesidades y atracción entre sí.

«Esta ruta pionera estableció la primera vía comercial internacional, iniciando el intercambio global en la historia humana», dijo sobre el Galeón de Manila y el origen de la globalización el profesor de la Universidad Abierta de Cataluña Carlos Brasó Broggi.

La plata, proveniente de las minas de América, se vendía a cambio de los vistosos productos chinos como la seda, la porcelana y el algodón, y se transportaban a Europa a través de América.

De igual manera desde América se transportó a China plata y productos agrícolas como batata, maíz, patata y cacahuete a través de la ciudad de Manila en Filipinas, lo cual impactó de manera positiva la economía.

FUSION CULTURAL

La Ruta de la Plata no solo sirvió para el intercambio de productos comerciales, también fue usada por ciudadanos chinos para viajar a América y Europa llevando consigo la cultura, técnicas y el arte de su país.

A partir del siglo XVI hombres y mujeres chinos formaron comunidades en Perú y México. Gradualmente sus costumbres, como la de quemar fuegos artificiales, y su gastronomía se adecuaron a la vida cotidiana del pueblo latinoamericano.

De manera simultánea, grupos de comerciantes y misioneros occidentales llegaron a China.

El misionero español Diego de Pantoja es considerado como el precursor de los intercambios culturales entre China y el mundo hispano.

Vivió en China durante más de 20 años. Escribió una serie de libros que difundieron en el mundo occidental la cultura y la verdadera situación de China en esa época, retratando al país con autenticidad y transformando el estereotipo que Occidente tenía de sus habitantes.

DE LA PINTURA A LA INSPIRACION ACTUAL

El diplomático y filósofo español Fernando García Casas, que ejerció como secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, ha dicho que Diego de Pantoja, como pionero de los intercambios culturales entre China y España, es un buen ejemplo de la integración cultural y la globalización de nuestra sociedad moderna.

Hoy en día los países son más interdependientes. No solo intercambian mercancías, sino que también se complementan entre sí. Las cadenas industriales y de valor se estrechan cada vez más para formar, gradualmente, una comunidad de interés y un destino para la humanidad.

La historia y la realidad actual demuestran que aquellos que optan por cerrar su comercio pierden la oportunidad de progresar, mientras que aquellos que eligen una economía abierta pueden mostrar al mundo mayores espacios para el desarrollo y un futuro brillante.

En 2017 Beijing celebró el I Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional. 29 jefes de Estado y de gobierno, incluidos los de España, Argentina y Chile y más de 130 países y regiones estuvieron representados.

El embajador de España en China, Alberto Carnero Fernández, ha declarado que España y China tienen una sólida base de cooperación. El histórico «Galeón de Manila» abrió la ruta comercial entre Asia, Europa y América Latina.

«Hoy, España desea seguir esos pasos y por ello aboga por la apertura comercial y la globalización, colabora con los proyectos de la Franja y la Ruta y busca fortalecer la cooperación entre España, China, América Latina y otros países.» dijo el diplomático español.

En la actualidad España es el sexto mayor socio comercial de China dentro de la Unión Europea, mientras que el volumen del comercio bilateral pasó de los 12 millones de dólares de hace 45 años a los más de 30.900 millones de dólares en 2017, cifra que marca un récord histórico.

Según datos del Ministerio de Comercio de China, el país oriental es el segundo mayor socio comercial de América Latina y el Caribe, mientras esa región es el segundo mayor destino de las inversiones chinas en el exterior con un total superior a los 200.000 millones de dólares.

En el marco de la iniciativa de la Franja y la Ruta, más de 2,000 empresas chinas se han instalado en América Latina y han generado más de 1,8 millones de empleos locales.

Cada vez es más frecuente que los chinos adquieran productos agrícolas como los camarones argentinos y la carne vacuna brasileña gracias al aumento de las importaciones chinas desde América Latina.