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Sánchez endosa 7.000 euros de deuda a cada español desde que es presidente: 156 millones más al día

La deuda de las grandes economías crece al mismo ritmo que lo hace la inflación y los tipos de interés, lo que ha propiciado que los costes de financiación de las nuevas emisiones en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se hayan multiplicado por más del doble desde 2021, y que estos costes hayan aumentado más rápido y con más peso que en las tres últimas crisis financieras, la de la burbuja tecnológica –al final del siglo XX–, la de las hipotecas subprime y la crisis pandémica.

Según el último informe publicado por la OCDE, que analiza los riesgos en las emisiones de bonos soberanos –aquellos con los que los gobiernos financian el gasto público que no cubren con su propio Presupuesto–, las necesidades de financiación han vuelto a despegar en lo que va de año, por el cambio de política monetaria, que empujará los costes globales este año hasta un 6%. Esto ha provocado que los países de la Organización se enfrenten a un vencimiento de deuda por importe de 21,3 billones de euros durante los tres próximos años.

Por ello, la OCDE advierte de que los costes de endeudamiento para los emisores soberanos «se han más que duplicado» en poco más de dos años, con un encarecimiento del rendimiento promedio de los bonos soberanos en el momento de la emisión del 3,3%, con previsión de que «aumenten aún más en el corto plazo».

Pese a estas premisas, el Tesoro español no pisará el freno de la financiación este año y sumará 70.000 millones de euros de endeudamiento neto, con una emisión bruta de 256.846 millones, lo que supone un aumento del 10% respecto al año pasado. También tendrá que hacer frente a los más de 186.000 millones de las amortizaciones por los títulos de deuda que ya tiene en circulación en los mercados –89.125 millones en letras y 97.521 millones a medio y largo plazo–, un 15% más que en 2022, es decir, 24.000 millones de más. Pero ni en el Gobierno ni en el Tesoro contemplan graves riesgos por el desmesurado abultamiento de la deuda. El propio Carlos Cuerpo, secretario general del Tesoro, reconoció que el coste medio de toda la deuda en circulación «cerrará el año con la carga de deuda en el entorno del 2,2% del PIB, un nivel muy inferior al 3,6% que llegó a alcanzar tras la crisis financiera». Sin embargo, obvia que la deuda en emisión ha pasado de estar en negativo en 2021, en el -0,04%, a dispararse durante 2022 al 1,35%, multiplicándose por más de 30 en solo 12 meses, aunque el responsable del Tesoro entiende que estas cifras tampoco avalan un escenario de riesgo porque es solo una «anomalía».

Pero la realidad es que la deuda nacional suma meses al calendario a ritmo de récord. El enésimo, el que registró en marzo, cuando el agujero público alcanzó los 1,535 billones de euros, un 1% más respecto a febrero y un 5,6% superior a hace un año, sumando 81.540 millones de euros a los números rojos solo en 2022. Un enorme desajuste de 21,3 billones entre ingresos y gastos, que no ha dejado de crecer desde que Pedro Sánchez es presidente, pese a la recaudación histórica de las arcas públicas, gracias al despegue de la inflación y al aumento de la presión tributaria. Con este bagaje, desde que Sánchez accedió al Gobierno en junio de 2018 ha acumulado una deuda de 332.000 millones de euros, un agujero que se ha agrandado sin pausa desde entonces, a ritmo de 156 millones al día. Por tanto, ha sumado a cada español una deuda de 7.063 euros. La Administración Central elevó sus números rojos en 1,363 billones de euros, también récord histórico, y la Seguridad Social nunca había debido tanto, 106.172 millones de euros, 6.987 millones y un 7% más que hace un año por la subida imparable del gasto en pensiones.